INGREDIENTES
1 cebolla mediana
2 dientes de ajo
1/2 puerro
300 grs de champiñones portobello
200 grs de setas shitake
450 grs de longaniza fresca
1 chorro de vino blanco
Orégano, nuez moscada, pimienta, comino
45 grs de salsa concentrada de trufa (o al gusto)
18 placas de lasaña o canelones
Para la bechamel:
800 ml de leche
40 grs de mantequilla
40 grs de harina
100 grs de parmesano rallado
PREPARACIÓN
Picamos muy bien la cebolla, el puerro y los dientes de ajo y sofreímos en una sartén con un chorrito de aceite. Troceamos los champiñones y las setas y lo añadimos al sofrito. Dejamos que se cocinen bien.
Cuando esté todo bien pochado, incorporamos el ajo picado y la longaniza desmenuzada. Sofreímos bien e incorporamos el vino blanco y las especias hasta que se evapore.
Incorporamos la salsa de trufa y un chorrito de leche y removemos. Ya tendremos listo el relleno. Reservamos.
Ponemos un cazo a fuego medio con la mantequilla y le incorporamos la harina. La sofreímos un par de minutos para que luego no sepa a harina cruda. Vamos añadiendo la leche poco a poco y removiendo enérgicamente con unas varillas de mano para que no queden grumos. Incorporamos el queso rallado y removemos bien hasta obtener una textura semiespesa. Sazonamos con pimienta, y nuez moscada al gusto.
Disponemos las láminas de lasaña (que habremos cocido según las indicaciones del paquete) en una fuente de horno. Ponemos una cucharada del relleno en el extremo y enrollamos la lámina sobre sí misma para cerrar el canelón. Hacemos lo mismo con el resto de canelones.
Cubrimos con la bechamel, añadimos por encima un poco más de parmesano rallado y lo gratinamos hasta que esté dorado.