Buenos días a todos,
Hoy os traigo una receta casera y que ha pasado de manos desde mi bisabuela a mi abuela, de mi abuela a mi madre y de mi madre ahora me ha llegado a mí.
Es un poco laboriosa pero el resultado es muy rico.
Como siempre, espero que os guste.
Ingredientes.-
Dos kilos de caracoles
Una cebolla grande
Un tomate grande maduro
Un hueso de jamón de caña
Tres hojas de laurel
Tres cucharadas de pimentón dulce
Una guindilla
Una pastilla de caldo de pollo
Aceite de oliva
Agua
HierbabuenaPreparación.-
Vamos con los caracoles.. ¿los habéis comprado ya limpios? Entonces nos ahorramos unos cuantos pasos, si no es así, como es mi caso, comenzamos un poco antes.
El otro día me trajo mi padre unos caracoles recién cogidos, están muy buenos pero llevan más trabajo. Os cuento cómo limpiarlos y a continuación vamos con la receta, ¿de acuerdo?
Lo primero a destacar en los caracoles, es que se "purguen", para ello, los dejaremos unos días en una malla con unas ramitas de romero para que vayan soltando toda la porquería que les pueda quedar dentro.
En segundo lugar, ponemos los caracoles en un barreño con agua y que cubra bien, así soltarán todas las impurezas que puedan llevar, por ejemplo restos de hierba o palitos?
Es un primer lavado por lo que los "chuchos" se meterán hacia dentro, no os preocupéis, ya los sacarán, jejejeje.
Los lavaremos varias veces, restregándolos unos con otros, suavemente, para que no se rompan las conchas pero para que salte cualquier cosa que lleven pegado.
Los escurrimos, y ahora los pondremos en una olla con tapa, los cubrimos con agua otra vez y le ponemos la tapa. Los dejaremos al sol un par de horas más o menos, o el tiempo necesario para que saquen los chuchos al calorcito y por supuesto, se ahoguen.
Cuando ya estén, los escurrimos bien.
Vamos ahora con la receta en sí.
Lo primero que tenemos que hacer es picar la cebolla en cuadraditos pequeños.
En una sartén ponemos una chorro de aceite y dejamos calentar.
Mientras rallamos el tomate maduro.
A continuación ponemos la cebolla picada en la sartén y dejamos que vaya sofriendo sin que coja color.
Ahora añadiremos el tomate rallado y un poco de sal y sofreímos bien.
Cuando tengamos hecho el sofrito, reservamos.
En una olla, que será en la que cocinemos los caracoles, ponemos el laurel, el hueso de jamón, el caldo de pollo (una pastilla), la guindilla y el pimentón.
Añadimos el sofrito que habíamos reservado.
Añadimos agua y ponemos a calentar.
Añadimos un buen puñadito de hierbabuena picada.
Damos unas cuantas vueltas y dejamos cocer junto por una media hora.
A la media hora que esté hirviendo, añadimos los caracoles.
Cocerá todo junto durante una hora aproximadamente.
Podemos comerlos calientes o fríos, como más os gusten.
A disfrutar.