Bueno solo deciros que participo con esta receta en el Reto Cocina Regional Italiana, en esta ocasión la bella región de Puglia.
Están deliciosas, increíblemente ricas. Os dejo la receta en castellano y la original escrita en italiano del libro de cocina regional del blog de Maggie "El Cajón Desastre" que todos los meses nos deja una receta salada y otra dulce en la que participamos muchos blogs de cocina y que es verdaderamente muy divertido y te da información de las autoras, por las distintas formas de presentación, de platos o de fuentes, bandejas y otros utillajes para mostraros el mismo plato.
Sí las había probado en Roma, pero no las había hecho nunca, estas Cartellate, tienen su historia como casi todos estos dulces regionales de todos los países, os la cuento brevemente.
Es un dulce típico de los bautizos y Navidades, asemeja la forma a una corona de espino o a las tiras de tela que envolvieron al niño Jesús en su cuna. De aquí viene que se utilice como dulce "natalizio". Se conoce desde el Siglo XVIII y hay pequeñas variantes entre estas de Puglia y la de las regiones limítrofes de Foccia y Basilicata.
Esta receta originalmente se hace con vinocotto, pero no me gusta mucho el alcohol en los dulces con lo cual no lo he puesto y he ido por los de las otras regiones que usan la miel y el chocolate.
La masa ya cortada y "pellizcada" cada 3 cm.
Con la tira anterior la colocamos ahora en redondo y la unimos "pellizcando" igualmente con la primera parte redondeada hasta conseguir una roseta de unos 7 a 10 centímetros.
He usado la mitad de los ingredientes de la receta original
300 gramos de Harina
20 gramos de Miel
20 gramos de Azúcar
1/4 vaso de Vino Blanco seco
1/4 vaso de Limoncello o Grappa o Brandy
1/4 vaso de Aceite de Oliva
Una pizca de Sal
1/2 cucharadita de Canela en Polvo
Aceite de Girasol para freír
Azúcar glas (Opcional) Para cubrirlos una vez fritos
Se pone el aceite de oliva virgen, en un recipiente y se calienta con la piel de un limón, una naranja y si quieres algo de la piel de una mandarina. Cuando estén estas pieles con algo de color se retira del fuego y se deja enfriar el aceite.
En un recipiente grande y hondo echar la harina con el aceite ya frío, el vino templado y la pizca de sal y se va mezclando todo.
Formar una bola y taparla con un paño y déjalo reposar por una hora aproximadamente hasta que doble el volumen.
Pasado este tiempo volver amasar y pasarle el rodillo para estirarla y dejarla fina para conseguir con el cortapasta unas finas tiras de masa de aproximadamente 4 cm. de ancho por todo lo larga que se desee.
Estas tiras finas se juntan cada 3 cm. con un leve pellizco y cuando ya esté toda la tira se enrolla para formar una especie de rosetas el tamaño ideal son unos 10 cm de diámetro pero las mías son un poco más pequeñas como de 7 cm.
En una sartén se fríen en aceite de girasol y se doran un poco dando la vuelta rápido pues se queman con facilidad, se pasan a un plato con papel absorbente de cocina.
Opcional:
Pasarlas por la miel diluida con una cucharada de agua templada e introducirlas rápidamente y ponerles canela por encima o bañarlas en "vinocotto" y luego ponerles un poco de azúcar glas y de canela mezclada y espolvoreada por encima cuando estén frías.
Se pueden hacer también al horno sobre un papel de horno a 180 grados unos 10 o 15 minutos hasta que estén doradas.
Bueno, espero que os haya gustado. Hasta la próxima receta, sed felices y cocinad.
Fuente: este post proviene de La Taza de Loza, donde puedes consultar el contenido original.
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