Resumen de la receta en vídeo
Cuando llega este tiempo siempre me gusta ir al monte cesta en mano, bien sea a por castañas, setas o cualquier otro fruto que se pueda aprovechar de temporada.
Una vez en casa siempre echar las castañas sobre caja de cartón, nunca plástico y como decía mi buela, dejarlas curar un tiempo antes de comer.
Cuando las vayamos a preparar las escogemos, aunque siempre se cuela alguna con bicho.
Mejor elegir de un tamaño parecido, para que se hagan todas por igual.
Las rallamos, hacerles un buen corte, para que no exploten.
Alguna siempre explota
Precalentamos como indican las instrucciones la freidora de aire caliente, una vez pasado ese tiempo, echamos las castañas y programamos, al principio solo ponía 10 minutos, pero ya después de unas cuantas veces, ya suelo ponerlas a 200ºC durante 20 minutos.
Procurar cada cinco minutos remover y poco a poco veréis como se despega la piel y como ya casi están.
Una vez que estén retirar para un molde y tapar con un paño durante unos minutos (mi buela siempre lo hacía, yo lo sigo haciendo por si acaso), decía que era para que pelaran mejor...
Y luego ya solo queda disfrutar de este manjar.
Está buenísimas y lo más importantes que ni se mancha ni están un montón de tiempo en el horno removiendo y sin saber si están o no, a mi siempre me quedaban unas más y otras menos, aquí salen perfectas.
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Hasta la siguiente receta
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Fuente: este post proviene de El Rincón de Casa El Caminero, donde puedes consultar el contenido original.
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