Pero antes de empezar con la receta, permitidme hablaros un poco sobre la cebolla y sobre esta receta, ya que sería imposible concebir la cocina sin cebolla.
Este alimento primigenio está ligado a la historia de la humanidad desde tiempos inmemoriales. Se cree que su origen se encuentra en Asia Central, o quizá en un lugar por concretar entre Pakistán e Irán.
Probablemente, sirviera como alimentos a los primeros habitantes de la tierra. Su domesticación data de hace más de 5.000 años, y fue un fenómeno que surgió de manera simultánea en varios puntos.
El éxito de este cultivo radica en que es un alimento fácil de transportar, perdurable, al hasta cierto punto, y se adaptaba con facilidad a cualquier suelo y clima.
Los jardines chinos fueron los primeros en dar cobijo a esta planta. Al mismo tiempo, se sabe que los egipcios, ya en el 3500 a.C, la consumían. Estas eran verdes y largas, y se veían representadas en las típicas mesas de ofrendas y en diferentes textos jeroglíficos.
De hecho, los hombres que se encargaron de construir las pirámides, en palabras de Herodoto, se alimentaban exclusivamente de rábanos, ajo y cebollas. Al principio, se solía consumir cruda, costumbre que aún perdura en Egipto.
Las cebollas son pertenecientes a la familia Allium, como los ajos, las cebolletas o los puerros.
Históricamente, se ha empleado como remedio terapéutico, ya que posee propiedades antibacterianas, antisépticas y diuréticas, además de unas propiedades nutricionales interesantes.
Es de especial interés gastronómico, porque tiene un sabor arrollador que, en función de la variedad, puede tender hacia lo dulce o lo picante, incluso algunas variedades que toman un sabor suave.
Las más conocidas son la cebolla morada, la cebolla blanca, la cebolla dulce, la chalota o el apreciado cebollino.
Cómo hacer cebolla caramelizada en Thermomix
Realmente, para llevar a cabo la cebolla caramelizada, nos podrían ser útiles muchas variedades: la cebolla amarilla, la dulce e, incluso, la morada.
El proceso de caramelización se produce gracias a los azúcares presentes de forma natural en la cebolla.
Antes de nada, aclarar, que la cebolla caramelizada no lleva azúcar, pues si se la agregáramos, ya estaríamos haciendo una confitura.
La cebolla caramelizada tan solo lleva cebolla, aceite de oliva virgen extra y sal, que favorecerá la pérdida de agua.
Debemos ser pacientes, ya que la cebolla caramelizada se toma tu tiempo.
Te enseñaré como preparar este delicioso topping en tu Thermomix.
Además, te daré algunos consejos sobre su conservación y, por supuesto, usos en la cocina.
De ahora en adelante estoy seguro que esta elaboración empezará a formar parte de muchos de tus platos porque somos muchos los que nos declaramos fans incondicionales de la cebolla.
Es una receta muy sencilla, y tan solo nos llevará 1 hora más o menos, en función de la cantidad que vayamos a realizar y variedad seleccionada.
Ingredientes:
Cebolla dulce 500 g.
Aceite de oliva virgen extra 50 g.
Sal 3 g.
Elaboración:
He escogido la cebolla dulce por su versatilidad, ya que es sin duda una de las más consumidas en los hogares españoles. Se suele encontrar sobre todo en los meses de mayo a agosto, y resulta deliciosa incluso en crudo. Contiene menos componentes azufrados que otras variedades, por lo que no encontraremos notas picantes ni nos producirá malestares gastrointestinales.
Pelaremos y cortaremos la cebolla en juliana, no excesivamente fina, ya que la Thermomix, aunque es precisa, podría quemarla. El corte en juliana viene a ser en forma de tiras finas y alargadas. Lo primero será poner en el vaso el aceite, programándolo 2 minutos a temperatura varoma y velocidad 2. Con esto daremos un pequeño calentón al aceite antes de agregar la cebolla, así perderá viscosidad y se impregnará mejor en la cebolla.
Añadiremos la cebolla junto a la sal y programaremos 60 minutos a temperatura varoma, con velocidad cuchara. Colocaremos el cestillo en vez del cubilete, pues nos interesa que salga el vapor. Cada 10 minutos aproximadamente invertiremos el giro, evitando así que se queme. Aprovecharemos para asomarnos al bocal y ver si el proceso de caramelización está completado.
En caso de que 60 minutos no sean suficientes, puesto que el tiempo cambiará en función de la variedad de cebolla y tipo de corte, le daremos 5 minutos. Así sucesivamente hasta que obtengamos el resultado deseado. Debe mostrar un color ámbar a la luz, y presentar un aspecto como de cabello de ángel. Ese es el punto perfecto y delicioso que queremos conseguir.
Retiraremos la cebolla del vaso y la guardaremos en un bol pequeño. Filmaremos a pelo, y si no la vamos a consumir de inmediato, la refrigeraremos. En la nevera nos aguantará fácilmente un mes, aunque recomiendo consumirla en la primera semana tras su elaboración. También admite congelación, siendo recomendable el uso de un envase hermético.
Casi todos los platillos que admiten cebolla, están abiertos a incluir cebolla caramelizada. Es perfecta para ensaladas, tortillas de patatas, hamburguesas, pasta o, como se ha hecho tradicionalmente, para ponerla sobre un trozo de queso de rulo de cabra. La cocina italiana también ha sucumbido a sus encantos, mostrándose como un complemento ideal para pastas y pizzas.
Para equilibrar ese dulzor, que a muchos les puedes parecer excesivo, sobre todo si va más enfocado a recetas saladas, podemos agregar unas gotas de vinagre en el cocinado. El ácido tenderá a amortiguar el dulzor. Para aligerar el proceso, pese a que ya he advertido que esta es sin duda la mejor manera de hacerla, podríamos añadir un poco de azúcar moreno al mismo tiempo que introducimos la cebolla.
Realmente sus aplicaciones en la cocina no conocen límite. Además, esta versatilidad nos permitirá improvisar platos en un periquete. Como sugerencia, os propongo que realicéis un pollo encebollado, que está delicioso. Sellaremos los contramuslos troceados en una sartén con aceite de oliva, añadiremos un poco de ajo picado en láminas, y una cantidad generosa de cebolla caramelizada. A continuación, verteremos una copa de oloroso. Finalmente, dejaremos que evapore, cubriremos con agua y dejaremos que se cocine con alguna aromática.
¡Bon profit!
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