Deliciosa como todas las tartas de queso.
Y fácil porque es que sólo lleva tres ingredientes: chocolate blanco, queso crema y huevos. Se hace en un plis plas y queda así de estupenda
Es la famosa receta de tarta de queso japonesa de sólo tres ingredientes que está tan de moda últimamente y que es la versión fácil de la tan de moda también tarta japonesa.
Que no sé por qué tanto boom porque resulta que es la típica tarta de queso que hace mil años se comía por aquí, o al menos yo, en muchísimos sitios y que de repente yo dejé de ver en restaurante y demás, no sé por qué.
¿Os suena?
El caso, que me volvía loca entonces y tenía muchas ganas de aprender hacerla y fíjate por donde me viene la receta nada más y nada menos que de Japón.
Vamos hoy con la versión fácil de tres ingredientes y próximamente experimentaré con la versión original, que lleva harina, y voy a probar para hacerla sin gluten.
La receta original no es mía, podéis ver miles por internet, pero la versión que os dejo sí es mía, ya que he probado con la que más aparece si buscáis por las redes y a mi no me sale.
La mayoría de las que he encontrado son la de 3 huevos, 120 g de choco blanco y 120 g de queso crema y para un molde de 20 cm. Pues no os va a quedar como las ponen en las fotos de altura.
Según la hice ya me pareció que como mucho para un molde de 15 cm. Pero como me suelen decir que soy incapaz de seguir una receta al pie de la letra (y es cierto) dije, bueno, voy a ser obediente.
Y la hice tal cual la receta. La primera un fiasco pero porque puse el horno sólo con calor arriba. Como dicen, al que cose y amasa, todo le pasa.
Volví a hacerla y, aunque estaba convencida de que aquello no daba para un molde de 20 cm a pesar de mi despiste, volví a seguir la receta tal cual y nada. A mi me queda como de dos dedos de altura más o menos. Nada que ver con las fotos que ponen.
Este fue mi resultado
Estaba buenísima, pero ni el aspecto ni la textura es la de la tarta en cuestión. Pero oye, salió otra cosa muy rica, que voy a retocar un poco y se convertirá creo en receta también.
Así que, a la tercera va la vencida e hice lo que me dio la gana, para no perder las buenas costumbres, que además así es como se crean cosas nuevas.
Además las recetas están para “reinventarlas” y hacerlas a nuestro gusto y necesidades.
Y por fin, tachán
Esto sí es lo que quería, altura, cantidad y super esponjosidad.
Vamos allá con la famosa tarta de queso de tres ingredientes, a mi manera
No os pongo la fuente original (que siempre lo hago con las recetas que no son mías) primero porque no digo que estén mal, si no que a mi no me sale lo que veía y quiero, y porque vi ochocientas mil páginas con la misma receta exactamente igual.
Ingredientes (para un molde de 20 cm de verdad de la buena):
– 300 g de chocolate blanco postres para fundir
– 300 g de queso crema
– 6 huevos
Elaboración:
Tenemos todos los ingredientes a temperatura ambiente.
Derretimos el chocolate al baño María o en el microondas.
Si lo hacéis en el micro tenéis que tener mucho cuidado de que no se queme. Aquí os explico bien como hacerlo.
Añadimos el queso al chocolate derretido y mezclamos bien.
Yo lo hago con una espátula.
En la mayoría de recetas y vídeos veréis que lo hacen con las varillas, pues a mi me ha resultado imposible. Se forma una pelota dentro de las varillas y no avanzamos.
Separamos las yemas de las claras.
Echamos las yemas a la mezcla de chocolate y queso y mezclamos hasta que esté todo bien integrado. Aquí las varillas si funcionan ya bien. También podéis seguir con la espátula.
Montamos las claras a punto de nieve y las vamos añadiendo a la mezcla anterior en tres veces, mezclando bien en cada adición con movimientos envolventes de abajo arriba con la espátula.
Engrasamos el molde y lo forramos con papel de horno en base y paredes.
Ponemos el molde dentro de un recipiente hondo apto para el horno para poder hacer la tarta al baño María.
Vertemos la mezcla en el molde.
Echamos unos dos dedos de agua caliente en el recipiente donde hemos metido el molde y lo llevamos al horno.
Vamos a hornear primero a 170C durante 20 minutos.
Luego a 160C otros 15 minutos.
En mi caso he visto que se me hace mucho por arriba, así que en este segundo tiempo lo que hago es poner el horno sólo con calor abajo y me ha dado mejor resultado. Pero esto tendréis que ver según vuestro horno.
Pasado ese tiempo apagamos el horno y dejamos la tarta dentro con el horno apagado durante veinte minutos más.
Sacamos, desmoldamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.
Así tal cual está de escándalo.
Pero también podéis comerla acompañada de frutas, mermeladas. Combinan muy bien los frutos rojos y el mango, pero a vuestra elección y gustos.
Yo le puse un puré de mango natural y unas frambuesas y ¡a disfrutar!