Por fin ha llegado el día que durante casi dos años he esperado!!
¿Os acordáis que hace unos meses os hablé de un proyecto de vida que tenía entre manos?Pues hoy puedo decir que casi casi está a las puertas de hacerse realidad, porque ahora es cuando empieza a tomar forma.
Es como cuando llevas tanto tiempo detrás de la receta perfecta, pensando, buscando, probando...y de repente te das cuenta de que el resultado es muchísimo mejor del esperado.
Así es como me siento, porque ha sido el resultado de meses dedicando tardes enteras para buscar, navegar en la red, leer, remirar, apuntar, viajar, preguntar, recopilar...y todo aquello que se le puede atribuir a un auténtico trabajo de investigación al más puro estilo detectivesco.
Esto cuando no era sentarse a rellenar papeleo burocrático, compulsar títulos y cursos, acudir a entregar la documentación necesaria, y reclamar a la semana siguiente porque, como de costumbre, algo acaban haciendo mal.
La parte bonita de la historia ocurría cuando mi catador y yo nos sentábamos a divagar, a imaginar o pensar qué haríamos si tuviéramos la oportunidad de nuevo de vivir juntos, en una ciudad que no es la nuestra, pero cerca de nuestros respectivos trabajos y pudiendo vernos cada día.
Volvería a hacer una maleta, pero sólo sería por un viaje de placer. Volverían los besos de despedida, pero su efecto sólo duraría horas y no semanas enteras. Volverían los "buenos días" y las "buenas noches", pero no serían a través de un móvil.
Y de repente, pasó.
Pedí un traslado en mi trabajo, y me lo han concedido.
Este verano, diré adiós a Torrevieja y pondré rumbo a Madrid para empezar una vida nueva con mi pareja. Me voy con muchísimas ganas. Aunque también con cierta tristeza, ya que aunque fuera un destino forzoso, inevitablemente eche raíces, de muchas formas distintas, y algunas de ellas tan profundas que cuesta arrancarlas de cuajo.
También estoy asustada. Son muchos los cambios a los que me tengo que exponer de ahora en adelante, pero por otra parte, es normal. ¿A quién no le asustan los cambios?
Pero de una cosa sí estoy segura. Va a ser un cambio a mejor. Así me lo he propuesto.
De ahora en adelante, sólo me queda disfrutar de estos pocos meses que me quedan aquí y hacer que el recuerdo sea aún más especial.
Y para esta ocasión, no podía celebrarlo con todos vosotros de otra manera que no fuera publicando una tarta de queso. No habría imaginado algo mejor.
No sabéis la ilusión que me hace compartir esta noticia con todos vosotros. Con personas que han pasado de ser desconocidas a formar parte de mí en tan poco tiempo. Que ya echo de menos cada día y que me hacen sonreir cuando les leo o siento cerca.
La receta la copié de mi queridísima Elena Pilar a la que le tengo un cariño especial por el amor compartido a las cheesecakes. No sé cuál de sus tartas de queso me gusta más. Pero de ésta me enamoré nada más verla, y supe que la prepararía algún día. Quiero darle las gracias por la receta, porque la tarta no está rica no, está de vicioooooo!!!
Ella la escogió para celebrar su 4º cumpleblog, así que no me diréis que esta tarta no tiene algo mágico.
Yo por mi parte, la recordaré con muchísimo cariño :)
Receta original del blog: Mi recetario por Elena Pilar.
Ingredientes:
Para la tarta:
120 gr. de mantequilla
180 gr. de azúcar
300 gr. de queso Philadelphia
3 huevos
12 galletas oreo
1 cucharadita de esencia de vainilla
150 gr. de harina de espelta
110 gr. de azúcar glas
75 gr. de cacao Valor
1 pellizco de sal
Para el ganaché:
100 gr. chocolate negro
100 ml. de nata (crema de leche) para montar
10 gr. de mantequilla
Para decorar:
1 bolsita de lacasitos
Elaboración:Empezaremos preparando la tarta.
Precalentamos el horno a 180º. En un bol batimos un huevo junto al queso Philadelphia, la vainilla y el azúcar glas hasta conseguir una mezcla homogénea. Añadimos 6 galletas oreo desmenuzadas. Mezclamos y reservamos.
En otro bol, añadimos la harina, más el cacao y la sal. Reservamos.
En otro recipiente, batimos con la batidora la mantequilla con el azúcar y cuando esté todo bien integrado, añadimos los dos huevos restantes de uno en uno y batimos.
A esta mezcla, le vamos añadiendo la mezcla de los ingredientes secos poco a poco y vamos batiendo con cuidado para que se integre todo bien. Por último, echamos troceadas las restantes galletas oreo.
Untamos nuestro molde de cheesecake con mantequilla y vertemos primero la mezcla del brownie. A mi me sobró un poco ya que intenté no echarla toda por miedo a que se me quedara muy alta la base en comparación con la otra mezcla.
Si os pasa esto, podéis guardar lo que os sobre sin problemas y hornear unas ricas magdalenas de brownie como hice yo :)
Seguidamente, verteremos la mezcla del queso.
Horneamos 40 min. a 180º.
Pasado el tiempo, apagamos y dejamos enfriar a temperatura ambiente para más tarde meter en la nevera unas 2 horas mínimo. Yo la desmoldé al día siguiente.
Una vez esté la tarta fría, prepararemos el ganaché para cubrirla.
En un cazo, calentamos la nata (crema de leche) y cuando hierva la retiramos del fuego. Pasamos a un cuenco y añadimos poco a poco el chocolate troceado y mezclamos hasta que se derrita y se integre con la nata (crema de leche). A continuación, le añadimos la mantequilla y removemos hasta que se deshaga sin que queden grumos. Dejamos enfriar y cubrimos con él nuestra tarta.
Por último, decoramos al gusto con lacasitos.