También tiene otras propiedades, pues evita la formación de gases y la flatulencia; es diurética, e incluso se utiliza para la producción de la leche de la madre durante la lactancia.
En mi caso, me ayuda a prevenir el colesterol, gracias a su alto contenido en ácido ascórbico, oleico y linólico, así como en calcio y magnesio.
Por todo ello, intento utilizar el hinojo en la cocina como una elemento más, para que no sea sólo a través de la ingesta de infusiones, la forma de aprovechar sus propiedades. Y además, porque aporta sabor.
De ahí nació esta receta tan fácil pero tan resultona, que merece una FRD, pues está deliciosa.
Ingredientes (para 2 personas)
- 1/2 kg. de chuletas de cordero (unas 6 por cabeza)
- 2 patatas medianas
- semillas de hinojo (2 bolsas de infusión)
- sal
- aceite de oliva
Elaboración
Preparar en un bol dos cucharadas de aceite de oliva con las semillas de hinojo. Basta con un par de bolsas de infusión, que puedes encontrar en cualquier herboristería.
Abres el sobre y esparces el contenido (las semillas) en el aceite. Reservad como la mitad de una de las bolsas para las patatas Añades un poquito de sal.
Con una cucharilla o un pincel, untar las chuletas y dejamos que se vayan empapando del aceite mientras precalentamos el horno a 180º.
Las patatas, las pelamos y las cortamos en rodajas finas. Echamos un poquito de sal y también esparcimos unas pocas semillas de hinojo, para que también tengan su sabor.
En un bandeja apta para el horno, impregnada en aceite para que no se peguen las patatas, las metemos primero, porque tardan en hacerse un poco más que las chuletas, y a los 10 minutos aproximadamente, añadimos las chuletas durante otros 20 minutos o hasta que estén doraditas.
Trucos:
Para evitar que se queden secas, probad a echad un poquito de agua a mitad de cocción.
Si no te gusta el cordero, puedes sustituirla por chuletas de cerdo.