¿Creéis que cocinar para uno solo es una pérdida de tiempo? Nada más lejos de la realidad.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2019 un total de 4.793.700 personas vivían solas en España ¡Un 25,8 % del total de la población española!. Y no pensemos que todo son personas mayores, mujeres y viudas como se tiende a pensar. La mitad de hogares unipersonales corresponden a personas de menos de 65 años (el 59,2% hombres frente al 40,8% mujeres (1.647.200, frente a 1.137.200).Sí, somos muchos viviendo con nosotros mismos.
Pues nada, si vivimos solos hay que espabilar. No podemos renunciar a cocinar y, sobre todo, no podemos renunciar a una alimentación saludable, nutritiva y apetecible.
Y os voy a dar varias razones por las que nos resulta conveniente cocinar aunque vivamos solos:
· Comer en casa es saludableSi vives solo, cocinar para uno solo te puede parecer una tarea innecesaria. La conveniencia de la comida rápida, comida para llevar y comer o cenar en restaurantes puede ser atractiva, pero preparar nuestra propia comida es mucho más saludable.
En muchos casos tendemos a comer más cantidad cuando estamos fuera de casa. Es habitual comer ¡todo un menú! (un primer y segundo platos y postre) cuando en casa probablemente comeríamos menos. Si salimos a comer fuera debemos ser muy rigurosos con las cantidades y vigilar siempre qué comemos:
los aliños de las ensaladas
mejor guarniciones de verduras
no comer pan en exceso (mejor integral)
procurar tomar fruta en lugar de dulce para el postre
vigilar el tipo de cocinado (mejor vapor, horno, plancha, …)
¡ojo con las bebidas! mejor tomar agua
· Comer en casa es más barato
Dicho de otra manera: comer fuera es caro. Comer fuera todos los días puede costarnos hasta dos o tres veces más de que lo que gastaríamos en el supermercado. ¿Vale la pena? Es mejor que reservemos las salidas para días señalados, quedadas con amigos, reuniones con familia, etc. Y así esos días en los que comemos fuera serán especiales.
· Comer en casa permite controlar más fácilmente nuestras restricciones dietéticas
¿Eres intolerante al gluten? ¿Eres vegetariano? ¿Eres diabético? ¿Tienes tendencia al sobrepeso? ¿Tienes intolerancia a la lactosa? ¿Comes solo orgánico? … Independientemente de las restricciones dietéticas que tengas, o te impongas, cocinar para nosotros mismos hace que sea mucho más fácil asegurarnos de que nuestras comidas contengan los ingredientes y la nutrición adecuados para nuestro estilo de vida.
· Preparar tu propia comida te aporta confianza en ti mismo
Ser autosuficiente e independiente comienza con la capacidad de cuidar de nosotros mismos. Preparar nuestras propias comidas nos libera de la dependencia de salir a comer fuera de casa por obligación.
Vivir uno solo y la buena alimentación en casa nos puede parecer complicado: sobre todo hay que vencer la pereza de cocinar solo para uno y no siempre la oferta en los supermercados se adapta para uno solo ¿bandejas con un solo filete de carne o pescado? ¿botellas de leche o zumos de medio litro? … Deberemos observar también una buena planificación para no acabar tirando comida.
Consejos para cocinar para uno solo:
Para los que no tienen mucha experiencia en la cocina, una buena noticia: hay miles de libros y blogs de recetas que pueden convertirse en tu mejor amigo para aprender las recetas más básicas. Una vez aprendas los básicos, que los aprenderás, tendremos que tener en cuenta lo siguiente:· Planificar las comidas semanales
Intentemos planificar algunos platos para la semana, hacer la compra y cocinar. Tener un plan de comidas puede ayudarnos a comprar de manera inteligente y aprovechar al máximo lo que compremos: carne, pescado, verduras, frutas y otros ingredientes para la semana. Si compramos verduras para la comida del día siguiente, podemos terminarlas para la cena de otra noche, y si nos sobran preparamos una tortilla o una frittata para otra comida.
· Cocinemos más cantidad
Muchas recetas son para dos o cuatro personas como mínimo. Podemos solucionarlo dividiendo las cantidades de la receta entre dos o entre cuatro. Pero, ya que nos ponemos a ello ¿por qué no preparar un poco más de cantidad y dejarlo en el frigorifico o en el congelador para otra ocasión? Así nos ahorramos cocinar en algún momento que no tengamos tiempo o ganas de ponernos a cocinar. También podemos “reciclar las sobras” si no nos gusta comer lo mismo dos días seguidos. Por ejemplo, si comemos pollo y verduras a la plancha o al horno, podemos reconvertir las sobras en un delicioso sándwich para el día siguiente.
Si cocinamos un par de pechugas de pollo el domingo por la noche nos puede servir para preparar la comida el resto de la semana. Podemos usar la carne en ensaladas, en sándwiches, con pasta o arroz, o simplemente con unas verduras.
Esforcémonos para que cocinar nos resulte divertido. Cocinar puede parecer una tarea aburrida o que requiere mucho trabajo. En realidad, muchas de las recetas son muy fáciles de preparar y muchas ni siquiera requieren mucho tiempo. A mi, por ejemplo, me encanta escuchar la radio y aprovecho para hacerlo cuando cocino. Buscar constantemente nuevas recetas para probarlas también puede ser divertido y, si nos salen bien, muy satisfactorio.
· Evitad recetas con ingredientes raros
Muchas recetas requieren una gran variedad de ingredientes poco comunes o caros. No quiere decir que no podamos tener un capricho de vez en cuando, o cuando tengamos invitados, pero muchas veces no nos saldrá rentable comprar determinado ingrediente.
Por ejemplo, en una receta te pide que añadas una o dos chalotas y tienes que comprar una bolsa de chalotas. No las usas con normalidad y se te pueden estropear. La chalota la podemos sustituir por un par de ingredientes que seguro que es más fácil que tengamos en casa: ajo y puerro.
También podemos alterar las recetas dejando de poner algún ingrediente. Por ejemplo, usar solo una hierba fresca en una receta que requiere tres. Procurad que sea una hierba que os guste mucho y la podáis utilizar en otra receta esa misma semana.
· No compremos en exceso
¿Que alimentos utilizamos más? Compremos los frescos que más utilicemos (huevos, leche, pan, tomates… evitemos comprar alimentos con una vida útil corta. Por ejemplo, no compremos un aguacate si no vamos a utilizarlo antes de tres días.
Ni compremos cantidades imposibles de comer dejándonos llevar a la hora de la compra.No compremos una bolsa de patatas de 3 kilos si sólo vamos a comer una o dos patatas a la semana. Afortunadamente en la mayoría de los supermercados podemos comprar verduras y frutas por unidades y así sólo adquirimos lo que necesitamos.
Asegurémonos de comprar ingredientes que podamos usar para varias comidas
· El congelador: uno de nuestros mejores amigos
A nadie nos gusta tirar comida por diversas razones. Cuando veamos que nos hemos pasado comprando verduras, carne, pescado… o que hemos hecho demasiada cantidad de nuestro guiso favorito, podemos guárdalo en el congelador.
· Tengamos unas cuantas recetas fáciles en la recámara
Sándwiches variados y saludables, tortillas, ensaladas, cous-cous…: recetas como estas son fáciles de preparar para una persona sin tener que recalcular la cantidad de ingredientes. Si tienes práctica en recetas simples que ya tienes adaptadas a una sola persona puedes preparar una comida en poco tiempo.
Y si algún día queréis comer fuera de casa y estáis solos, no os cortéis. Hay muchos restaurantes donde comer solo.