El codillo o pernil, es la parte del cerdo que se encuentra en la unión de los dos huesos de la pata, o sea, el codo. Es una parte bastante económica, contiene bastante carne y también bastante grasa, por eso creo que es mejor comprarlos sin piel. La pega que tiene es que se tarda bastante en cocinarla si no quieres que te quede duro como una piedra, así que la mejor manera es hacerla en dos partes. Primero hervimos los codillos en la olla expres porque es mucho más rápido y luego los terminamos en el horno, y te aseguro que van a quedar tan tiernos que casi se deshacen en la boca. Si no usas olla expres lo tendrás que hervir por lo menos un par de horas.
Hay muchas recetas para cocinarlos, es uno de los platos más típicos de la gastronomía alemana (de nombre impronunciable para variar) pero lo de hoy no tiene nada que ver con eso. Ésta es una receta muy fácil y con un resultado espectacular porque la miel le da un sabor fabuloso sin quedar dulce en absoluto, y en el horno queda con un color de lo más apetitoso.
Si te apetece acompañarlo además con alguna salsa, una que le va genial es la de vino tinto (ver receta aquí) que se puede preparar mientras los codillos están en el horno.
Vamos allá:
Ingredientes:
- 3 codillos de cerdo sin piel
- 4 patatas grandes
- 1 vasito de vino blanco
- romero
- aceite de oliva virgen extra
- miel de la Granja San Francisco
Elaboración:
1. Hervimos los codillos en agua con sal durante 20-25 minutos en la olla exprés dependiendo del tamaño. Si se ponen más tiempo se pueden deshacer y nos interesan enteros. Los sacamos a un plato pero no tiramos el caldo porque luego lo podemos necesitar.
2. En la fuente del horno ponemos las patatas cortadas en rodajas finas con sal, un chorrito de aceite de oliva, el vino blanco y espolvoreadas con romero.
3. Encima colocamos los codillos y los untamos con miel por la parte de arriba. No pongo cantidades, se trata de untarlos, no de poner medio bote...
4. Los metemos en el horno (previamente caliente) a 180ºC y los dejamos hasta que estén dorados.
Si ves que la bandeja se queda muy seca y se pegan las patatas, vamos añadiendo un cazo del caldo de hervir los codillos.
5. Sacamos la bandeja del horno y les damos la vuelta a los codillos, untamos con miel esa parte y los volvemos a meter en el horno. El tiempo aproximado puede ser una hora, hay que comprobar que las patatas estén hechas y los codillos dorados por todas partes.
¡A disfrutar!
¡Que tengáis un buen día!