¡¡Feliz Año Nuevo!!
Antes que nada, espero que hayáis entrado con buen pie en este 2014 que estamos estrenando. Os deseo de corazón todo lo mejor, y a ver si tenemos un poco de suerte y acaba siendo un buen año para todos.
No sé vosotros pero yo ya tengo sobredosis de Navidad (y eso que me gusta), pero se me hace demasiado larga, demasiadas comidas, demasiado turrón, demasiadas películas de Navidad, por no hablar de los infumables "especiales" de Navidad de la tele. Vamos, que no veo la hora de quitar el árbol, sus bolas y todos los chismes navideños de mi vista! En fin, ya queda menos...
Para descansar de tanta comida pesada hoy vengo con una receta sin ninguna complicación, el clásico conejo al ajillo. Si se acompaña con una ensalada es un plato bastante ligero porque el conejo es una carne que tiene pocas grasas, y hay que empezar a pensar en recuperarnos.
Yo lo hago así:
Ingredientes:
- 1 conejo troceado
- 4 o 5 dientes de ajo grandes
- 1 vaso de vino blanco
- aceite de oliva virgen extra
- perejil picado
- sal
Elaboración:
1. Salar los trozos de conejo y dorarlos en aceite de oliva a fuego alto. Deben quedar bien dorados, y si no caben todos en la sartén o cazuela es mejor hacerlo por tandas, pero que se doren bien. Una vez dorados, los reservamos aparte.
2. Picar los dientes de ajo. Para que los ajos no repitan hay que partirlos por la mitad y quitarles el brote que tienen en medio (aunque no siempre funciona).
3. En el mismo aceite de freir el conejo doramos los ajos y en cuanto veamos que empiezan a coger color, echamos el conejo, el perejil picado y el vaso de vino.
4. Bajamos el fuego y dejamos que se haga lentamente hasta que el conejo esté tierno.
¡Que tengáis un buen día!