Esto o algo parecido a esto, era lo que pasaba en mi casa cada vez que se planteaba que había que comer conejo.
Esto era lo que pasaba hasta que un día, uno de esos en que ya desde por la mañana, te encuentras inspirada, uno de esos en que te crees un gran chef, me puse manos a la obra, con un poco de aquí y un poco de allá y saque esta receta que (aunque me este mal el decirlo) esta para chuparse los dedos, todos, y de uno en uno. El nombre ya os imaginareis por que se lo puse.
Esta receta que hoy os propongo, tiene ese toque oriental que aporta el jengibre a todos los platos y tiene el toque original de cambiar el vino por vinagre de Modena que hace que la carne se deshaga en la boca, la salsa pasada por la batidora, tiene una textura aterciopelada y un sabor sencillamente delicioso.
Bueno, ya me ha pasado, no me enrollo mas, vamos con la receta.
INGREDIENTES:
-1 conejo de 1 kg. aprox.
-1 pimiento rojo mediano.
-1 cebolla morada mediana.
-jengibre fresco rallado 2 cm. aprox.
-2 dientes de ajo.
-1 vasito de vinagre de Modena.
-1/2 vasito de agua.
PREPARACIÓN:
Poner en la olla rápida un poco de aceite y freír la carne hasta que este dorada para que quede bien sellada.
Pelar y picar la cebolla en trozos grandes. Lavar, secar y picar el pimiento también en trozos grandes, incorporar a la olla con la carne. Añadir el ajo, el jengibre, el vinagre, el agua y la sal. Tapar la olla y dejar cocer 15 minutos.
Sacar la carne con cuidado y colocar en la fuente de servir.
Pasar la salsa por la batidora y verter sobre la carne pasándola por el chino para que la textura sea mas suave.
Servir con alguna verdura como guarnición o con una ensalada. En las fotos con boniato al horno.