¿Quieres hacer una pizza con productos muy salados, como el prosciutto? Entonces puedes contrarrestar y equilibrar el sabor utilizando un queso menos fuerte, para que no se sature el paladar. También puedes utilizar frutas o elementos dulces para un contraste delicioso.
El queso más elegido para la pizza es el mozzarella, principalmente por su consistencia al gratinarse y por su sabor. Si piensas hacer una pizza con quesos más fuertes, no es mala idea combinar un poco de mozzarella para equilibrar y darle variedad al sabor.
Las pizzas dulces existen y cada vez ganan más terrenos entre los amantes de la pizza. Por eso, no dudes en usar dulce de leche (cajeta), crema de avellanas o incluso mermeladas que son excelentes opciones a la hora de incrementar tu biblioteca pizzera. Para no empalagarse, la clave está en acompañar con una fruta ácida con contenido graso alto.
¿Quieres agregar hortalizas a tu pizza? ¿Te gusta la rúcula, la lechuga o la arúgula como ingre diente? Entonces añádelo al final, cuando la pizza ya esté horneada. De esta forma no se marchitarán las hojas y el sabor será mucho mejor.
La combinación de quesos fuertes con sabores dulces es muy importante a la hora de probar variantes diferentes en tu pizza. Un ejemplo muy utilizado y delicioso es el de queso brie pera, nuez y miel. Una combinación excelente que ejemplifica a la perfección la magia del equilibrio entre salado y dulce en una pizza.
El objetivo de estos tips y trucos es que puedas cocinar mejores pizzas y salir de la zona de confort, pero con resultados sabrosos. Prueba, anímate y disfruta el amplio mundo de la pizza en tu propia casa.