Yo la teoría la conozco bien, y la escribí en el librito de los 4 Hábitos para Adelgazar a Puro Placer que me hicieron adelgazar ya 20 kilos. Pero durante estas semanitas en Buenos Aires me reencontré con ciertas costumbres locales que me distrajeron un poco de las buenas prácticas.
No es mi intención criticar la cultura de Argentina ni de ningún país, simplemente quisiera compartir mi experiencia y ofrecer algunas ideas, que cada una podrá aplicar a su situación local, para compartir las tradiciones con nuestras familias, pero a la vez seguir los buenos hábitos y adelgazar sin hacer dieta.
Yo almuerzo en Argentina más o menos a la misma hora que en Bélgica (1PM), y más o menos lo mismo que en Bélgica, sobre todo si como en casa de mis padres, típicamente un plato donde la mitad es ensalada y la otra mitad lo que quiera (lasagna, arroz con pollo, carne con patatas, etc). A eso de las 6 o 7 de la tarde tengo hambre. En Bélgica, a eso de las 6 o 7 de la tarde con mi esposo el Dutch (es holandés) ya estamos preparando la cena, pero cenar tan temprano en Argentina es impensable.
Por eso muchos días caí en la tentación local de merendar, y terminé haciendo un segundo desayuno, algo que nunca hago habitualmente.
Qué no hacer: una vez había yo almorzado un plato correcto con la mitad ensalada , pero a eso de las 7pm cayeron unos amigos que venian a merendar con facturas que se acostumbra poner cual montaña en un gran plato en el medio de la mesa, mientras se va pasando el mate. No sabría decirles cuántas comí, y encima no saqué foto para mi diario.
Facturas en plato CC BY-SA 3.0
Mushii – Trabajo propio
Mate, recipiente, yerba – Jorge Alfonso Hernández, licensed under the Creative Commons Attribution-Share Alike 2.5 Generic
Qué hacer: estas son algunas estrategias que apliqué con éxito a veces
- Cenar temprano
Mi madre estaba muy pendiente del Pitufo y le hacía la cena a las 7:30, él comía primero y mis padres y yo a las 8. Así cuando pudimos, cuando estábamos los cuatro en casa, adaptamos el horario de la cena acercándolo a Europa del norte. Esos días me sentí mucho más liviana y la báscula no mostró aumento a la mañana siguiente.
- Almorzar bien
Los días que comí al medio día bastante, no tuve necesidad de merendar porque me quedé llena durante todo el día, hasta una vez que comimos parrillada me salteé la cena esa noche. Al día siguiente había incluso bajado unos gramos.
- Incluir frutas (o verduras) frescas en la merienda
A veces en Bélgica a mi también me da hambre por la tarde, entonces o como una fruta, típicamente manzana o si no me va a alcanzar banana, o si estoy con hambre acompaño la fruta con una barra de cereal o galletas integrales. Mientras se trate de un plato pequeño con una fruta y algo de buena calidad, y le saquemos una foto, yo no estoy en contra de la merienda – sino del tipo de alimentos que se suelen consumir.
- Si vamos a “tomar el té”, no cenar
El día del bautismo de mi sobrina celebramos con lo que localmente se llama “el té”, una costumbre que supongo hemos heredado de los británicos. Eran ya bien pasadas las 5 de la tarde cuando nos sirvieron sandwiches, croissants rellenos, tortas y scones – y completamos con una torta de bautismo que era una bomba de chocolate, crema
y dulce de leche. Ya para ese día yo había abandonado mi diario de fotos (y así terminé), nos fuimos de la confitería a las 8 de la noche, y yo me sentía hasta con náuseas después de haber comido tanto. No cené, pero me cuidé de no quedarme despierta hasta muy tarde, en cuanto me empezó a dar un poquito de hambre me fui a dormir.
Otra costumbre que me irrita, por no incluir ni frutas ni verduras, es la picada, que consiste en pan, quesos, embutidos, patatitas fritas, maníes/cacahuetes salados, en fin, todas porquerías.
Picada cordobesa, public domain, Gdiaz
Qué no hacer: no comer esto en lo posible, yo no estoy en contra de las tapas o embutidos mientras sean de primera calidad y esporádicamente, pero en Buenos Aires veo que demasiado seguido una picada reemplaza una comida, o peor todavía, se toma como aperitivo y la comida viene después. Y a mí honestamente me cuesta no picotear lo que me ponen enfrente, así que debo huírles.
Qué hacer: si no podemos evitar este tipo de comisqueo, que por lo menos los únicos vegetales no sean las aceitunas. Incluir “crudités”, como tomatitos cherries, bastoncitos de pepino y pimiento, florcitas de broccoli o coliflor. Y en un platito, o servilleta, combinar varios bocaditos y sacarle una foto para el diario.
Otras lecciones aprendidas:
Qué no hacer: ir a cenar pizza, empanadas o comidas regionales como locro y tamales a un restaurante, donde la comida va saliendo en etapas y no se acompaña con ensalada.
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Qué hacer:
– Elegir un restaurante que además ofrezca ensaladas
– Armar platitos con mitad ensalada y mitad las otras comidas, y sacarle tantas fotos como platitos que comamo
– O preferentemente: no comer en el restaurante sino comprar para llevar a casa, y allí armar un solo plato con un poco de todo, y la mitad ensalada.
Finalmente, no puedo olvidar los helados: en Bélgica yo suelo comer un postrecito cada noche, se trata de helados es una porción individual que compro en el supermercado y sé que tiene menos de 200 kcal (yo no cuento calorías, pero para los postrecitos miro un poco). En Argentina los helados son muy ricos en cuanto a ingredientes, cremosísimos y sabrosísimos, y es muy fácil comer de más.
Qué no hacer: En mis años de obesa yo no podía comer menos de 1/4 kilo por vez, porque así te sirven tres sabores.
Qué hacer: Durante este viaje pedí un vasito, y me contente con dos sabores. El desafío lo tuve cuando mis padres traían un kilo a la mesa y nos servíamos una y otra vez. El próximo viaje voy a ser consecuente y combinar con fruta.
Yo no voy a renegar de las “costumbres argentinas” porque me crié con ellas, pero para adelgazar a puro placer, las que mejor me van son las de Calamaro.