Si hay una bollo que nos puede llegar a confundir bastante en las pastelerías es el croissant relleno. Bueno, realmente da igual que lo rellenos o no. Están los típicos que se ven súper hinchados con una superficie brillante y pegajosa. Luego los más sencillos, en lo que a volumen se refiere, pero quizás no en preparación.
No podemos olvidar los de bollería industrial y por supuesto mis croissants rellenos. No voy a entrar a valorar cuál está mejor. A mí me gustan todos. El grandote era el que nos traía mi aita cuando venía de trabajar de noche. Pasaba por el horno que había de camino casa y nos dejaba dos croissants recién hechos junto con una nota que habitualmente decía “abrígate que hace frío”.
Elaborar un croissant tiene su miga. Mantequilla, capa y capa, levado… en fin que no es nada sencillo de hacer. Por eso esta interpretación de croissants rellenos más sencilla de hacer. La estrella va a ser el hojaldre.
CROISSANTS RELLENOS
Ingredientes:
Una plancha de hojaldre
1/2 kilo de manzanas
Azúcar moreno
1 chorro de limón
Azúcar glass para decorar
Preparación:
Primero hacemos el relleno con la compota de manzana. Es sorprendentemente sencilla de hacer y muy socorrida cuando tienes manzanas a punto de estropear. En esta época la hacemos mucho ya que tenemos manzanas del pueblo para aburrir. Y encima está super rica.
Pela y pica las manzanas. Ponlas en un recipiente de cristal y con tapa, junto con el azúcar y un chorrillos de limón en el micro. Calcula unos 10 minutos a máxima potencia. De vez en cuando remueves, cuando veas que tienes ya un puré tienes la compota lista.
He escogido este relleno por lo que te comento pero tú puedes optar por el que más rabia te de. Desde usar la nociva casera que sé que haces desde que te deje la receta. Hasta probar con algo salado si quieres usar para un brunch por ejemplo.
Para el hojaldre usa la típica plancha que viene ya lista. Además algunas marcas ahora han sacado hojaldre con mantequilla. Suena como una redundancia ya que el ingrediente protagonista del hojaldre, debería ser ese. pero bueno, digo debería porque ya sabemos como funciona todo lo precocinado.
Dividimos las plancha en triángulos que queden bastante alargados. Realiza un corte en la base para enrollarlos bien y pon rellenos al gusto. Enróllalos y dales un poco de curva.
Precalienta el horno a 200º con calor arriba y abajo y hornea a 180º hasta que estén dorados.
Cuando se hayan enfriado espolvorea un poco de azúcar glass por encima.