Estas croquetas holandesas de carne , llamadas “bitterballen” en su país de origen, las probé hace unos meses durante la Expo de Milano. Claro, hemos tenido este súper acontecimento dedicado a la alimentación durante 6 meses en Italia… no podía faltar, aunque me haya tenido que hacer muchos kilómetros para poder ir y disfrutar de todos esos pabellones estupendos. No me voy a poner ahora a hacer publicidad, sobretodo porque el sábado pasado la Expo cerró sus puertas, así que lo único que os puedo ofrecer son las recetillas nuevas que descubrí durante mi estancia.
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En el pabellón holandés encontramos estas croquetas que, sinceramente, cuando leí el menú me pareció otra cosa: “meatball” para mí eran “bolas de carne” (el menú estaba escrito en inglés por suerte y no en holandés), así que creí que eran albóndigas, pero el malentendido no me disgustó para nada, ¡al contrario!
Eran redonditas, perfectas, súper sabrosas… así que no pude evitar preguntarle al chico que nos atendía cómo las hacían para entender las diferencias con nuestras clásicas croquetas. La diferencia principal es que en vez de bechamel utilizan el caldo de carne para amalgamar el relleno de las croquetas.
También nos explicó muy amablemente que estas croquetas deben su nombre a que se suelen tomar en el aperitivo junto a una bebida amarga (de ahí lo de bitter), aunque su uso extendido hace que se encuentren también en los pubs o en algunas celebraciones.
¡Pero seguid leyendo este post para descubrir una nueva receta de croquetas que seguro que os encantarán como nos encantaron a nosotros!
Croquetas de carne holandesas, ingredientes para 15 croquetas:
200 g de carne de ternera
220/250 de caldo de carne
30 g de harina
20 g de mantequilla
Media cebolla
Perejil fresco
Sal y pimienta (al gusto)
Huevo, pan rallado y harina para empanar
Croquetas de carne holandesas, preparación:
1. Para empezar, necesitaréis hacer un caldo de carne de ternera, como más os guste, como lo soláis hacer. Yo he cogido un par de piezas de carne de ternera y unas verduritas ligeras pero que le podían dar un buen sabor y he dejado que se ablandase lo suficiente la carne.
2. He sacado la carne del caldo y la he dejado templar, lo suficiente para no quemarme los dedos mientras la desmenuzaba.
3. Mientras tanto, he triturado la media cebolla y el perejil fresco por separado.
4. En una sartén, he echado la mantequilla y la media cebolla.
5. Cuando se estaba dorando, he añadido la harina y he removido muy bien para que no se quemase ni la harina ni la cebolla.
6. Ahora he unido el caldo de carne, poquito a poco, en varias veces y, cuando ha empezado a tomar la textura que me gusta para las croquetas, he incorporado la carne desmenuzada y el perejil fresco triturado y he salpimentado a mi gusto.
7. Una vez que la mezcla estaba bien amalgamada, la he dejado enfriar en una bandeja de cristal, lo mejor es que sea ancha y bajita.
8. Hay que esperar a que se enfríe un poco y, entonces, la metemos en el frigo cubierta con film transparente al menos durante 3 ó 4 horas, pero si lo hacéis de un día para otro, mejor todavía.
A partir de aquí, los pasos son los mismos que con las típicas croquetas:
9. Preparamos cuatro platos: uno con harina, otro con huevo batido, otro con pan rallado y otro vacío para colocar las croquetas ya preparadas.
10.Cogemos un poco de la mezcla de las croquetas, le damos una forma redondita y no muy grande y la pasamos por la harina, el huevo batido y el pan rallado (en este orden).
11. Terminadas todas las croquetas, os recomiendo que las pongáis por lo menos media horita en el congelador para que no se os abran más tarde.
12. A la hora de comer, se fríen en abundante aceite caliente durante unos minutos. Después se escurre el aceite y se dejan encima de papel absorbente para que suelten todo el aceite sobrante. Esperar un par de minutos y… ¡a devorarlas! Buon appetito!
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