Antes de empezar os advierto de que con esta receta me gané una proposición de matrimonio. El problema es que ya estoy pedida y, aunque quiero mucho a la amiga que me lo pidió, yo soy mas de chicos que de chicas. Pero ahí queda eso, tened cuidado a quién se la vais a preparar…
Podríamos llamar a esta tarta una especie de “quiche vaga” o, si preferís, “quiche aligerada”. La primera vez que la preparé era para llevar a un picnic y no me apetecía que un plato hecho con huevo estuviera pasando el día al solete parisino, así que directamente lo eliminé de la receta y quedé esta tarta más ligerita y veraniega.
Ingredientes para 4-6 personas:
– una lámina de masa de hojaldre
– una tarrina de queso para untar
– medio calabacín
– 4 filetes de salmón ahumado
– especias al gusto: ajo en polvo, albahaca, romero…
Instrucciones:
– precalentar el horno a 200º C
– extender la lámina de hojaldre sobre una bandeja de horno y hacer unos agujeritos con un tenedor para que no se hinche con el calor
– cocer la masa unos 10-15 minutos en el horno y mientras tanto, prepararemos el relleno
– mezclar en un bol el queso para untar con el ajo, la albahaca y el resto de especias que nos apetezcan
– cortar el calabacín en láminas muy finas y cocerlo durante un par de minutos en agua hirviendo
– cuando la masa esté lista, extender la crema de queso por toda la superficie y colocar por encima el calabacín y el salmón
– pintar los bordes de la masa que han quedado sin relleno con huevo o aceite y volver a hornear, unos 10-15 minutos hasta que los bordes estén dorados
En su día no pude hacerle una foto, así que le pasé la receta a mi madre y ella me envió esto diciendo “está tan buena que casi se me olvida hacerle la foto antes de acabárnosla”. Lo dicho, advertidos quedáis.
Bonus track: otras combinaciones ganadoras para hacer esta tarta son
– berenjena asada y tomate seco
– trigueros y queso de cabra
– pimiento verde y bacon