Las quiches y las tartas saladas son uno de nuestros fondos de armario porque son uno de los platos más versátiles y admite todo tipo de combinaciones. Y cuando se trata de preparar una cena rápida pero vistosa no tiene rival. Esta semana os proponemos esta quiche de calabacín y queso de cabra, una combinación que no os dejará indiferentes.
¿Qué necesito?
masa quebrada (receta aquí)
1 calabacín
aceite de oliva
100 gr de medallones de queso de cabra
2 huevos
200 ml de nata (crema de leche) líquida
200 ml de leche entera
70 gr de queso rallado
sal
pimienta
¿Cómo lo hago?
En primer lugar debemos cortar el calabacín y podemos hacerlo en daditos o rodajas. A nosotras como más nos gusta es en láminas muy finas, así que lo cortamos con ayuda de una mandolina para que nos quede lo más fino posible.
Salteamos el calabacín en una sartén con un hilito de aceite de oliva hasta que el calabacín comience a translucir, lo retiramos de la sartén y reservamos. Preparamos ahora la base líquida de la quiche batiendo los huevos junto con la leche y la nata (crema de leche) y añadiendo sal y pimienta a la mezcla.
En un molde redondo apto para horno, extendemos la masa quebrada, le damos forma al borde y colocamos en la base el calabacín salteado (reservando algunas láminas para decorar).
Agregamos sobre el calabacín la preparación líquida hasta cubrir la quiche.
Por último, cubrimos la superficie con medallones de queso de cabra y algunas láminas de calabacín para decorar la superficie. Cocinamos la quiche unos 40 minutos en el horno precalentado a 200ºC.
¿Qué más necesito saber?
Es aconsejable retirar la masa quebrada media hora antes de la nevera para que esté más manejable en el momento de cocinar.
Si sois fanáticos del queso de cabra, en la preparación líquida de la quiche podéis sustituir el queso rallado (tipo emmental) por los propios medallones de queso de cabra desmigados.