Después de mucho intentar, intentar e intentar he conseguido sacar la receta. No por difícil en sí; si no por que se me metió en la cabeza hacerla para enseñárosla pasando totalmente por alto que se me había roto el termómetro para caramelo hace unos días y cogerle el punto sin este instrumento no es que sea muy fácil y también por la capacidad de la preparación para agarrarse en el recipiente donde vayamos a realizarla. Pero al fin ya está aquí y es una maravilla. Contaros que es parecido al toffee pero mucho mas duro y de una textura granulosa por la cristalización del azúcar. Es un dulce típico Estadounidense que dicen que se origino a partir de un caramelo que se había estropeado y el cual lo aprovecharon de esta original manera. Se puede hacer de muchas variedades incluyendo chocolate en sus ingredientes, miel, frutos secos... Esta es la receta básica y a partir de ella podréis ir haciendo variaciones a vuestro gusto aumentando la proporción del azúcar.
Ingredientes:
400g de azúcar.
175ml leche.
200 ml de leche condensada.
100g de mantequilla.
1 cucharadita de extracto de vainilla.
Preparación:
Ponemos un recipiente a fuego con todos los ingredientes y lo llevamos a ebullición removiendo de vez en cuando.
Una vez se hayan disuelto todos los ingredientes y nuestra preparación rompa a hervir tendremos que estar muy pendiente y removiendo todo el rato para que no se nos pegue hasta que alcance 115ºC (punto de bola floja).
Retiramos de fuego y removemos la preparación hasta que veamos que va perdiendo brillo y poniéndose dura la mezcla.
Lo vertemos en un molde con papel de horno y dejamos enfriar durante unas horas.
Cortamos en cuadraditos y ya lo podemos consumir.