Este verano "mis adorables vecinos" me trajeron una pequeña cajita con un mapa y diferentes chocolates.
Y es que para mí el chocolate es más que un placer, es toda una filosofía de vida. Mi pasión por el chocolate la descubrí antes de tener uso de razón. Ya os he contado que cuando era niña, en la cocina de mis padres había un armario para el chocolate, en él podías encontrar packs de tabletas de chocolate blanco para mi hermano "el chico", de chocolate con leche para mi hermano "el mayor" y mi madre y de chocolate negro para mi padre y para mí. También bolsas grandes de bombones, conguitos, lacasitos,... que mis padres compraban a granel. Por la noche después de la cena teníamos nuestro momento para disfrutar del cacao...
El mundo del cacao es como el mundo del café, cada uno tiene su propio sabor increíblemente individual que depende de su genética, del suelo y el clima en el que nace o se cultiva. Podemos captar las notas sutiles y sabores únicos que cada chocolate nos cuenta, sin ningún añadido.
En ocasiones es difícil distinguir el aroma y sabor de un determinado chocolate, ya que una persona puede distinguir unas notas a hierba mientras que para otra puede ser a paja.
En nuestro mapa del sabor se encuentran todas las categorías principales pero debemos de recorrer nuestro camino... porque hay uno para cada estado de ánimo y uno para cada momento.
Así que degustar el chocolate es todo un arte, sus más de 400 notas de sabor lo hacen complejo, por lo que hay que tener en cuenta una serie de factores diferentes que afectan a la hora de hacer una cata:
El almacenaje. Tiene que ser en un lugar fresco (aproximadamente de unos 18ºC).
El paladar. Es importante beber agua para tener el paladar limpio antes de la cata y es mejor hacerlo por la mañana y nunca después de comer. Y como pasa con los vinos y el café, es mejor no probar más de cuatro tipos diferentes de chocolates.
La temperatura. El chocolate debe de estar a temperatura ambiente a la hora de hacer la cata, ya que si lo tomamos frío (sacado del frigorífico) el sabor puede variar.
Y los pasos que debemos de seguir para hacer una cata son:
Aroma: Romper y oler el chocolate.
Sabor: Derretir un pequeño trozo en el centro de la lengua para notar los sabores que van evolucionando conforme se va derritiendo el chocolate en la lengua. ¿Sabías que el 90% del sabor se percibe por la nariz? Por lo que es importante en esta fase ser conscientes de respirar.
Textura: Y por último, observar la textura, más o menos grasa, si permanecen más o menos tiempo los sabores en boca...
Bueno, pues ya estamos listos para hacer la cata de los diferentes chocolates:
Surabaya Gold: Chocolate negro indonesio con un 69% de cacao y con suaves notas a caramelo.
Chulucanas Gold: Chocolate negro peruano con un 70% de cacao y con notas de pasas y ciruelas.
Sambirano Gold: Chocolate negro de Madagascar con un 71% de cacao y con notas a frutas de verano.
Las Trincheras Gold: Chocolate negro venezolano con un 72% de cacao y notas de nuez suave.
Rio Caribe Gold: Chocolate negro venezolano con un 72% de cacao y con notas de nueces y café.
La verdad es que después de hacer la cata, es difícil decidirnos por alguno, a Monsieur Accidents les gusta más los primeros por tener menos cacao (a él le gusta el chocolate con leche) mientras que a mí me han gustado más los más puros.
Espero que os haya gustado esta cata, es una lástima que no la pueda compartir con vosotros.
¡¡Que tengáis un buen fin de semana!!