Hoy os contaremos el origen de esta fábula.
Su procedencia nos hace situarnos en Europa Central, y en la Época Medieval, el mayor número de nacimientos de niños coincidía con la llegada de la primavera y a la vez con el regreso de las cigüeñas. Por este motivo se relaciona la llegada del recién nacido con la cigüeña.
¿Por qué se eligió a la cigüeña y no otro animal?
Pues veréis, la cigüeña es un ave monógama (viven toda su vida con una sola pareja). Se desvive por su familia y su dedicación a la elaboración del nido; junto con su compañero, ¡es impresionante!. Además cuando emigran vuelven al mismo nido. Los Romanos ya admiraban en sus tiempos a este animal, considerándolo un animal sagrado por el cuidado a sus crías.
En la Antigua Grecia; unos de los crímenes que podría suponer la muerte era el asesinato de una cigüeña.
Este animal sagrado se creía que era la protectora de las mujeres, el matrimonio, el alumbramiento y de los recién nacidos.
¿Por qué decidimos que la cigüeña viene con el recién nacido de París?
Todas las cigüeñas cuando llegaba el invierno emigraban al sur del Sáhara, a un clima más cálido. Hoy en día, las cigüeñas casi no emigran, no se sabe exactamente el motivo, se cree que en España disponen de abundante comida y agua y la migración supone un esfuerzo para ellas.
Pues bien, después de esta pequeña información; la leyenda cuenta que una pareja de cigüeñas en vez de emigrar a África, lo hacía a una pequeña región de París. Una pareja que vivía en la casa donde las cigüeñas anidaban tuvieron un bebé. La noticia se trasmitió por todo el mundo diciendo que las cigüeñas habían traído en su pico a su hijo.
Si observamos atentamente, las cigüeñas prefieren establecer su nido en chimeneas o cerca de las casas, y es curioso que en algunos casos en esas casas vivía un bebé.
¿Tenéis alguna cigüeña cercana a vuestra vivienda? Saludos desde Cosmovintash!!