Las empanadillas son un plato muy sencillo a la vez que delicioso. Si las ponemos como picoteo quedan muy bien y si las presentamos con una guarnición son un segundo plato que nada tiene que envidiar a la mejor de las viandas. Esa masa crujiente y el relleno casero las hacen irresistibles. Son tan fáciles de preparar, que cualquiera que comience a cocinar puede atreverse con ellas y seguro que le salen fenomenal.
El relleno elegido es una combinación clásica como son las espinacas con las pasas y los piñones. He añadido un poco de queso fundido para hacerlas más jugosas, pero como no tienen salsas, aunque se abran un poco, no se se nos vacían ni dejan el aceite inservible. Espero que os gusten y que vuestras familias disfruten comiendo verduritas.
Ingredientes:
12 obleas para empanadilla (la cocinera)
100g de espinacas cocidas
un puñadito de piñones (20 g)
un puñadito de pasas (30g)
4 lonchas de queso fundido (tranchetes)
aceite de oliva y sal
En una sartén con un poco de aceite salteamos las espinacas con las pasas, los piñones y la sal. He cortado las pasas pequeñitas.
Dejamos que se enfríe y, una vez frío, rellenamos las obleas con un poquito del salteado de espinacas y un pedacito de queso fundido. No hay que llenarlas mucho para que las podamos cerrar bien sin que se nos rompan. Las cerramos con un tenedor presionando los bordes una vez dobladas y con mucho cuidado. Las ponemos en una freidora o sartén y cuando estén doraditas las sacamos. Se pueden hacer también en el horno.
Podemos presentarlas con un poco de ensalada como guarnición y listas para comer.
¿Son facilitas, verdad? Y además se pueden hacer otras variantes con otros rellenos. Seguro que no dejan ni una en el plato!
Espero que os haya gustado esta receta.
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