Esta es una receta deliciosa, sana y sencillísima, originaria de la cocina catalana pero que se ha popularizado mucho en toda la península y con razón.
A nosotros nos encanta como cena ligera pero completa aunque a veces también lo tomamos como acompañamiento de pescados o pollo a la plancha, como relleno en pasteles salados o formando parte de un plato de pasta como en la receta de lasaña de espinacas, pasas y piñones que ya subí hace tiempo al blog.
INGREDIENTES
Para dos personas
250g de espinacas ? 2 cucharadas rasas de pasas sin semillas ? 2 cucharadas rasas de piñones ? tres cuch aradas de aceite de oliva ? sal
ELABORACIÓN
Lavamos y escurrimos las espinacas.
Las escaldamos de la siguiente forma:
Las ponemos en una cacerola que tenga tapa, les agregamos un chorrito de aceite crudo y las llevamos al fuego con la cacerola bien tapada.
Dejamos que se hagan a fuego entre medio y suave durante un minuto. A la mitad de tiempo las movemos con un tenedor dándoles la vuelta para que se hagan bien todas ellas.
Si viéramos que se secan demasiado les agregamos un pequeño chorrito de agua.
Retiramos la cacerola del fuego y las dejamos tapadas otro minuto más para que terminen de hacerse.
Después, las sacamos de la cacerola y las troceamos.
Ponemos en una sartén un par de cucharadas de aceite y salteamos en ella las pasas y los piñones.
Cuando las pasas se hinchan y los piñones empiezan a dorarse, agregamos las espinacas y lo rehogamos todo junto.
Sazonamos con sal y ya lo tenemos listo. Ahora, a disfrutar de una sencilla delicia originaria según creo de la cocina catalana.