¿Quién tiene ganas de ponerse a preparar unas ricas croquetas caseras de mejillones? Con este calor, alguna persona masoka como yo que dejará de haberla por ahí, seguro.
La realidad es esta: hacer croquetas es algo pesadito; fácil, si; divertido, claro, sobre todo si te lo tomas como cuando en el cole de pequeña hacías bolitas de barro para un collar del día de la madre; laborioso y algo sucio, también, pero reconocidos los pros y los contras de su ejecución ¿qué decir de la cara de absoluto placer de los comensales cuando se meten una en la boca? ¿qué decir de tu propia cara cuando con voz arrobada oyes que te dicen ¡son caseras!¡Mmm!
Hay un refrán que dice: "Quien quiera peces, que se moje el culo" Pues eso.
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CROQUETAS DE MEJILLONES
INGREDIENTES
2 docenas de mejillones – media cebolla – 2 o 3 cucharadas de aceite de oliva – 2 cucharadas (40g) de harina – 150g de agua de la que sueltan los mejillones al abrirse – 150g de leche – sal – pimienta blanca molida – nuez moscada rallada
Además: un huevo, harina y pan rallado para rebozar las croquetas y aceite para freirlas.
ELABORACIÓN
La masa de las croquetas
Lavamos los mejillones, los ponemos en un recipiente cerrado y los llevamos al fuego o al microondas para que se abran.
Una vez abiertos, los retiramos del fuego, les quitamos las valvas y los picamos con la trituradora. Lo reservamos.
Picamos muy fina la cebolla y la pochamos con el aceite.
Cuando la cebolla está blanda, añadimos la harina y la rehogamos un poco.
Agregamos el vasito de agua de los mejillones, revolvemos bien para que no se formen grumos e incorporamos la leche.
Lo sazonamos con sal (poca) pimienta y nuez moscada y lo dejamos cocer un poco, revolviendo para que no se pegue.
Cuando le veamos la consistencia adecuada (ni muy espeso ni lo contrario), añadimos los mejillones triturados.
Lo mezclamos bien y lo volcamos en una fuente previamente aceitada. Dejamos que se enfríe por completo antes de formar las croquetas. Mejor dejarlo en el frigorífico para el día siguiente.
Las croquetas propiamente dichas
Cortamos pedazos de masa, los rebozamos en harina y les damos forma con las manos.
Los rebozamos seguidamente en huevo batido y por último en pan rallado.
Las freímos en aceite caliente hasta que las vemos bien doradas.
Las sacamos para encima de un papel de cocina para que suelten el exceso de aceite.
Nos las comemos calentitas aunque a mi me gustan incluso frías.