La traducción del nombre de este queso significa literalmente cabeza de monje. Se trata de un queso semiduro con forma de cilindro. No se corta como un queso convencional si no que se rasca con un accesorio que se llama girolle. A mí me venía cuando compré el queso y la verdad es que es muy sencillo de rascar y apenas hay que realizar fuerza.
La receta de hoy en realidad sólo necesita este queso se racas y vas formando con mucho cuidado las fotos que podéis ver en la fotografía se ponen en una tabla o pizarra y ya están listas para comer, también te pueden servir para utilizarlo en una rica tabla de quesos.
Si queréis variar un poco la receta y darle más colorido a vuestro plato, podéis mojar la punta de las flores en pimentón y el queso cogerá un color rosado imitando a un clavel. Personalmente, me gusta más disfrutar este queso sólo con un buen trozo de pan, pero como siempre digo para gustos los colores.