Las galettes son una preparación típica francesa de la región de la Bretaña. En la cocina francesa suelen rellenarse éstas de ingredientes salados, a diferencia de las crepes que se usan para los ingredientes dulces. Es la primera vez que la preparo, aunque hace años que descubrí esta elaboración, la pena es que no he quedado del todo contenta con la masa, ya que no ha sido fácil de manejar. Por lo que ha adquirido un forma rústica y tosca, que, sin embargo, me encanta, aunque no se parece a la típica galette. Como siempre los ingredientes de este tipo de elaboraciones se eligen dependiendo de nuestros gustos. Y si me seguís habitualmente yo creo que ya conocéis los míos. La combinación de tomates, en este caso cherrys, queso mozzarella y pesto, es un clásico de la cocina italiana, por lo que hemos convertido esta galette en una abanderada de la cocina mediterránea, que tanto me gusta. La albahaca se me resiste, no hay manera de que pueda conservarla viva en mi patio. Por lo que todas las semanas me traigo un buen ramillete de albahaca, junto con otras hierbas aromáticas que tiene mi suegro en su huerto, que a él no se le resiste nada. Lo meto todo junto en un jarrón con agua y así voy aprovechando todas las hierbas frescas durante la semana....no es lo mismo que cortarlas directamente de la planta o maceta....pero bueno, mejor que las que se compran como frescas....
INGREDIENTES:
Para la masa:
115 gr. de mantequilla fría
225 gr. de de harina común (la galette tradicional lleva harina de trigo sarraceno)
La punta de una cucharadita de sal
2 cucharadas de agua fría
Para el relleno:
Una bola de queso mozzarella
Tomates cherry rojos y kumato
Para el pesto:
80 ml de aceite de oliva virgen extra
Un puñado de piñones
Unas hojas de albahaca
1 diente de ajo
Sal
Un huevo para pintar la masa
Pimienta para espolvorear
PREPARACIÓN:
Lo primero que haremos será la masa, ya que tiene que reposar un mínimo de una hora en la nevera. Ponemos en un bol la harina y vamos añadiendo los trozos de mantequilla fría, con la ayuda de las manos vamos mezclando hasta que la mantequilla se derrita y se integre con la harina, añadimos la sal y el agua muy fría. Compactamos la masa en una bola y extendemos con un rodillo, hasta hacerla un círculo. Ponemos entre dos hojas de papel vegetal y enfriamos mínimo una hora (yo lo dejaría dos horas).
Mientras preparamos el pesto, para ello introducimos en el vaso de la batidora las hojas del albahaca, el diente de ajo, los piñones, el aceite de oliva virgen extra y la sal. Batimos hasta conseguir una crema fina y reservamos.
Sacamos la masa del frigorífico, extendemos un poco más con el rodillo, para que luego la masa no nos quede muy gruesa. Extendemos el pesto por la masa, dejando los extremos sin ponerle nada. Añadimos los tomates lavados y cortados y también salados, y desmenuzamos el queso y también lo añadimos en los huecos que nos hayan dejado los tomates. Cerramos el extremo de la galette con la misma masa (normalmente se cierra más de lo que lo he hecho yo, quedaría más pequeña al usar más masa para cerrar). Añadimos un poco de pimienta molida, y pintamos los extremos doblados con huevo batido. Añadimos unas hojas de albahaca Introducimos en el horno precalentado a 220º y horneamos una media hora, hasta que la galette esté dorada. Sacamos y decoramos con unas hojas del albahaca fresca y también podemos ponerle un hilito de aceite de oliva virgen extra.
Está realmente deliciosa, aunque la masa es un poco quebradiza (podéis usar masa comprada de hojaldre o usar alguna masa quebrada). El relleno lo podéis poner a vuestro gusto, y también podéis hacerlo dulce.
Y con esta galette os dejo todo el fin de semana, aquí estamos de fiestas a partir de hoy y hasta el martes, así que nos toca disfrutar un poco.
Feliz semana y felices fiestas para los que podáis disfrutar de ellas.
Lidia.