Suena divertido ¿verdad? Lo es, sobretodo para los niños, que con la supervisión de un adulto (en el momento del horneado) pueden hacer sus primeros pinitos en el arte de la repostería creativa.
No os digo más que pasamos una media tarde - tarde entera de sábado invernal súper divertida y es que cuando recibí el paquete, se lo enseñé a las niñas, y cuando lo abrimos vimos que contenía una plantilla o especie de "tablero" para jugar y recortables de animales para colorear y poder colocarlos cada uno en su hábitat correspondiente.
Ahora bien, mis hijas tienen 10 y 13 años, y en vez de recortar y colorear los animales, pensaron en que sería más divertido preparar nosotras un tablero y hacer con corcho, fieltro y papel de seda los diferentes escenarios del juego.
Y así fue como creamos una zona polar donde colocamos a los osos blancos y a las ballenas. La pradera con su casa de campo, los perros jugando a la canica, perdón a la pelota y los canguros, los patos y los conejos. Las focas subidas en los arrecifes de la costa (luego nos enteramos que eran nutrias, en fin). Los hipopótamos, rinocerontes, cocodrilos, jirafas y armadillo (en peligro de extinción) en la sabana y bajo la palmera de la selva tropical se congregaban las tortugas y en sus ramas se posaban los loros.
Vamos, que empezamos horneando galletas y terminamos haciendo trabajos manuales y riéndonos un montón, que en el fondo era de lo que se trataba.
Ingredientes (45 galletas)
280 gr. de harina
100 gr. de azúcar
160 gr. de mantequilla
70 gr. coco rallado
1 huevo tamaño "L"
1 cucharadita de extracto de vainilla
Batimos el huevo y el azúcar. A continuación añadimos la mantequilla derretida, el coco rallado y el extracto de vainilla y mezclamos bien.
Por último incorporamos la harina y mezclamos hasta que la masa sea homogénea. Formamos una bola, envolvemos en papel film e introducimos en el frigorífico durante 30 minutos.
Precalentamos el horno a 160º C.
Con ayuda de un rodillo estiramos la masa hasta que ésta tenga un grosor aproximado de 5 mm. Colocamos el cortador "Cookie Puzzle Animals" de Lékué encima de la masa estirada y apretamos para que se corten las galletas.
Colocamos las galletas en una bandeja de horno en la que habremos puesto un papel vegetal y horneamos 15 minutos más o menos, hasta que las galletas estén doradas.
Sacamos del horno y pasamos a una rejilla para que se enfríen. Yo las meto en una caja de hoja de lata para que se conserven en perfectas condiciones.
¿A que han quedado chulísimas? Tienen una textura más harinosa y a la vez jugosa por el coco rallado y tienen un sabor delicioso, que recuerda a las galletas Chiquilín.
Las galletas siempre salen blandas del horno. Cuando las sacamos las dejamos un par de minutos en la bandeja y luego es importante que se enfríen sobre una rejilla para que no se humedezcan ni se ablanden y así quedarán crujientes.
Muchas gracias Lékué por este detalle que nos hizo pasar una divertida tarde de invierno.