Hola, ¿cómo estáis? ¡Cuánto tiempo ha pasado! Tengo la impresión de que soy como el turrón, que vuelve a casa por Navidad. Pero es que últimamente se han producido algunos acontecimientos que han hecho que no haya tenido ni mucho tiempo, ni muchas ganas de pasarme por aquí.
Que sepáis que os echaba de menos. Echaba de menos llegar a casa y sentarme a escribir, sabiendo que muchos me leéis, que disfrutáis con mis recetas y con lo que os cuento y eso hace que me sienta contentísima.
Sin ir más lejos, esta semana he recibido un comentario en una receta de hace ya tiempo, de esos que te dibuja una sonrisa en la cara. El comentario era de un chico joven y decía lo siguiente:
"Es curioso haberme encontrado con esta receta. Hace un par de meses fui a un restaurante con la chica que me gusta y probamos un brownie belga que nos encantó. Fue uno de los momentos que más he disfrutado a su lado y ahora estoy preparando tu receta a unas horas de pedirle que sea mi novia".
¡Gracias Gerardo! Gracias por confiar en mi para un momento tan especial. Espero que disfrutéis de los riquísimos brownies que estoy segura que vas a preparar y de momentos tan dulces y cargados de tanta ilusión que son los que hacen que esto merezca la pena.
Ah, y por supuesto, estamos seguros que tu pregunta recibirá un SÍ por respuesta, ya lo verás. Fíjate que estoy dispuesta a rebautizar estos "Belgian Brownies" como brownies "sí quiero".
Así que, aquí estoy de nuevo y vengo con las primeras recetas navideñas. Es verdad que ha habido años que he preparado unas cuantas, aquellos años en los que cocinaba como si no hubiera mañana porque tenía más tiempo libre y otros como el pasado que apenas si subí al blog un par de recetas por Navidad.
Este bizcocho que hoy os traigo es ideal para prepararlo con los restos que siempre quedan de champán o cava y que a pesar de los artilugios que existen para conservar el vacío y mantener intactas las burbujas, yo soy de las que piensa que, un espumoso tiene que abrirse y tomarse en el momento.
También podéis prepararlo sin alcohol y así pueden también tomarlo los niños de la casa, pero se me había ocurrido que era buenísima idea como "receta de aprovechamiento" tanto del champán o cava como os decía, como de la piña que es una fruta que también se consume mucho en estas fiestas.
A mi la piña me encanta y la suelo tomar todo el año porque es una fruta que habitualmente podemos encontrar en las fruterías. En este caso he utilizado piña en almíbar porque tenía un bote por casa que tenía que gastar pero podéis preparar este bizcocho perfectamente con piña natural.
Si después de leer esta receta, os aficionáis a los "upside down cakes", bizcochos invertidos o bizcochos al revés, os recomiendo este bizcocho de plátano que preparé hace tiempo y que está para rechupetearse los dedos. Y ahora ya os cuento como he preparado el postre de hoy, que seguro lo estáis deseando.
BIZCOCHO INVERTIDO DE PIÑA Y CHAMPÁN
INGREDIENTES
Para la masa
215 gr. de harina
2 cucharaditas de levadura
¼ cucharadita de sal
85 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
200 gr. de azúcar
2 huevos tamaño L
1 cucharadita de extracto de vainilla
90 ml. de jugo de piña
30 ml. de champán
Para hacer la cobertura
6 rodajas de piña en almíbar o natural
85 gr. de mantequilla sin sal
100 gr. de azúcar moreno
ELABORACIÓN
Precalentamos el horno a 190º C. Forramos el fondo de un molde desmontable de 22 cm. con papel de horno y engrasamos las paredes del molde.
Ponemos la piña en una fuente y agregamos el champán y dejamos macerar.
Primero vamos a preparar la masa, para ello mezclamos la harina, la levadura y la sal en un recipiente y reservamos.
Ponemos la mantequilla y el azúcar en el vaso de la batidora de pie y batimos hasta que la mezcla esté cremosa y haya aumentado de volumen.
A continuación agregamos los huevos de uno en uno dejando que se mezclen bien, antes de añadir el siguiente. Añadimos la vainilla y mezclamos.
Escurrimos la piña y la dejamos sobre un papel absorvente. Mezclamos el champán y el jugo de piña. Reservamos.
Bajamos la velocidad de la batidora y agregamos la mitad de la mezcla de harina, sin dejar de batir. A continuación incorporamos el jugo de piña y el champán y terminamos con el resto de harina, mezclando bien hasta que la masa esté cremosa y sin sobrebatir.
Para preparar la cobertura derretimos la mantequilla en un cazo y añadimos el azúcar moreno. Dejamos que hierva a fuego lento, mientras revolvemos constantemente durante unos 3 minutos.
Vertemos la mezcla de mantequilla y azúcar moreno en el fondo del molde. Colocamos las rodajas de piña sobre la mezcla. Añadimos la masa sobre las rodajas de piña y la extendemos de mantera uniforme.
Horneamos de 50 a 55 minutos aproximadamente, o hasta que insertando un palito en el centro, éste salga limpio.
Dejamos enfriar 10 minutos sin desmoldar y posteriormente pasamos el bizcocho a un plato o cake stand para servirlo. Se puede tomar templado o frío.
¿Que no os gusta la piña? Pues no pasa nada. Podéis preparar este bizcocho por ejemplo con peras en almíbar, que podemos preparar cociéndolas en agua con champán, azúcar y especias (canela, anís, jengibre...), que también tienen que ser una fantástica alternativa.
Siempre me gusta poder hacer variaciones de una misma receta, sobre todo cambiando unas frutas por otras y así aprovechar las que sean de temporada en el momento que preparemos la receta.
Y con esta receta doy por inaugurada la temporada de recetas navideñas. Ya tengo alguna más esperando a ser publicada, pero todo a su debido tiempo. De momento espero que disfrutéis con este bizcocho que os traigo hoy.
Nos vemos muy pronto...