Tenía pensado haber seguido con el mundo dulce de la semana pasada, pero ayer hice una receta salada “facilita” para ver qué tal quedaba y, la verdad, como me ha gustado el resultado, pues os la voy a poner por aquí.
Son unas galletas de queso y aceitunas negras. Por si hay alguien al que no le guste tanto el dulce, así tenéis un aperitivo diferente.
Yo las he hecho con queso parmesano pero, la verdad, cuando hago recetas que llevan queso, muchas veces cambio el tipo si en ese momento tengo otro en casa que pueda usarse para lo mismo. Es decir, si los dos son quesos curados, duros, pues hago la receta con lo que tengo. No va a saber igual, pero estará bueno también. Y la cosa es ir probando, ir cogiendo recetas y adaptarlas a tus necesidades dentro de lo posible.
La idea la saqué de uno de los libros de cocina que tengo en casa (que son unos cuantos). Este en concreto es de Larousse y tiene ideas bastante sencillas que poder poner en práctica. Está bastante bien para inspirarse un poco.
INGREDIENTES:
100 g de harina
100 g de mantequilla sin sal
130 g de queso rallado (parmesano en este caso)
50 g de aceitunas negras
Necesitáis que la mantequilla esté muy blandita así que deberéis sacarla bastante tiempo antes de que vayáis a hacer la receta. Eso veréis vosotros también en función del calor que haga donde viváis, el tipo de mantequilla que uséis…
Cuando esté lista, rallaremos el queso y picaremos las aceitunas. Mezclamos todo (harina, queso, aceitunas y mantequilla) y amasamos, hasta que quede todo bien unido.
Con esa masa tendremos que hacer un cilindro y meterlo a la nevera un rato (yo lo he tenido casi dos horas). También os digo que, en mi caso, en vez de un cilindro, he hecho dos más pequeños porque me resultaba más fácil. Luego, ese cilindro lo cortaremos en rodajas (que serán las galletas), así que fijaos en el tamaño del mismo. La galleta en el horno se expande un poco, así que hacedlo de tamaño un poco más pequeño de lo que sería una galleta.
Cuando pase ese rato en la nevera, lo sacáis. Cortáis en rodajitas de 1 cm de grosor, más o menos, y las metéis al horno, que habremos precalentado a 180°. Las tenéis unos 15 minutos y las sacáis. No pongáis las galletas muy pegadas unas a otras, que se expanden, y lo mismo, al sacarlas, se os han convertido en una galleta gigante al pegarse todas!
Esperáis que se enfríen un pelín para pasarlas a un plato (que, si no, se os pueden romper) y listo! A comer!
Espero que os haya gustado!!!
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Un beso
Ane