Es tradición celebrar los 25 años de matrimonio, las bodas de plata, con un evento junto con amigos y/o familiares, aquí es donde nace este encargo, un recuerdo para los invitados...
Son unas galletas de vainilla, decoradas con glasa real o royal icing, con mucha paciencia y tiempo, luego están embolsadas con mi sello personal.
Seguro que alguno pensáis que da mucha pena comerlas, os diré que aunque están buenísimas, no son para comer, sino un recuerdo hasta llegar a las bodas de oro ;)