¿Qué tal lleváis la semana? Tengo que decir que mi vida es un caos... lo admito porque decir lo contrario no valdría!!! Entre las prácticas y el proyecto no me queda casi tiempo y yo que había sacado un poco de tiempo resulta que mi ordenador deja de funcionar y me toca estar una semana sin él. Pero lo importante es que estoy aquí de nuevo y os tengo que pedir disculpas antes de nada por no seguir una rutina a la hora de subir recetas, pero creo que más o menos ya voy colocando un poco todo y administrándome el tiempo mejor.
Pero en realidad vamos a lo importante, que es por que lo estáis aquí, las recetas. Hoy os traigo una idea que saqué del último libro de Alma Obregón, como ya sabéis la autora del blog Objetivo: Cupcake Perfecto de la que soy muy seguidora y me encantan sus ideas. Pues bien, para completar la colección de sus libros decidí comprarme el último y tengo que decir, que no me defraudó, es más estoy encantada con mi nueva adquisición.
Ahora toca hablar de esa fabulosa idea, y es que hacer unas galletas de mantequilla decoradas con glasa blanca y preparadas para pintarlas con los niños ¡¡ES LA MEJOR IDEA DEL MUNDO!! Porque os pregunto ¿hay algo mejor que ponerse a pintar con un niño y revivir tu infancia? Pues mi respuesta es que no, a mi me encanta pintar y creo que es la mejor manera de desarrollar la imaginación de cada uno (¡¡imaginación a un niño es lo que no le falta!!). Bueno paso a daros la receta y espero que la pongáis en práctica con los más pequeños, o solos ¿por qué no?
INGREDIENTES (para tener galletas para toda la familia):
- 1 huevo.
- 250 gr. de mantequilla.
- 500 gr. de harina.
- 250 gr. de azúcar.
- 2 cucharadas de extracto de vainilla.
Para la glasa:
- 2 cucharadas de claras pasteurizadas.
- Azúcar glass (no pongo cantidad porque depende de la textura).
ELABORACIÓN:
Para las galletas, batimos la mantequilla con el azúcar hasta que estén integrados, añadimos el huevo y el extracto. Por último echamos la harina de golpe y amasamos con los dedos hasta que esté todo mezclado (no lo amasaremos en exceso para que no se vuelva una masa quebradiza). Dejamos reposar unas 2 horas en la nevera tapada con un film.
Una vez haya transcurrido ese tiempo, estiraremos la masa de un grosor de unos 5mm (para facilitar el trabajo lo podremos hacer entre dos papeles de horno) y vuelvo a dejar reposar unos 15 minutos en la nevera para que vuelva a coger frío. Cortamos con los cortapastas elegidos y los vamos poniendo en una bandeja con papel de horno (hay que separar las galletas ya que van a crecer un poco cuando se horneen), dejamos de nuevo reposar otros 15 minutos.
Horneamos las galletas con el horno a 180ºC hasta que estén doradas por los bordes (unos 12 minutos tardan en hacerse). Dejamos enfriar sobre una rejilla y cuando estén completamente frías podemos pasar a decorarlas o guardarlas en cajas de lata para que se mantengan blanditas.
Para la glasa mezclamos las claras pasteurizadas (yo utilizo claras pasteurizadas porque no se va a cocinar y así evitamos problemas de salmonella, también puede hacerse con albúmina en polvo que la podréis encontrar en tiendas especializadas), añadimos el azúcar glass poco a poco hasta que tenga la consistencia de pasta de dientes (esta nos servirá para delinear las galletas), apartaremos un poco de esta y al resto le añadimos unas gotitas de agua para hacerla un poco más fluida.
Pasamos a decorar las galletas, cogemos la glasa de delineado (textura pasta de dientes) y delineamos alrededor la galleta con una manga pastelera y una boquilla numero 3, cuando terminemos dejamos secar unos 10 minutos. Rellenamos la galleta con la glasa más fluida metida en un biberón, agitamos un poco la galleta y dejamos secar la glasa durante al menos 24 horas.
Una vez terminado todo este proceso que es fácil pero largo en espera, podemos pasar a pintar las galletas a nuestro gusto, con unos rotuladores de tinta comestible....ya queda dejarse llevar por la imaginación!!
Os dejo con una frase que me encanta y las galletas que les lleve a mis compañeras de clase para agradecerles el ser las mejores durante estos dos años y porque sabía que les iba a hacer mucha ilusión.
Como veis es una receta sencilla, otra opción en lugar de la glasa es cubrir la galleta con fondant que pegaremos con un poco de mermelada y ahí ya podemos pintarlo sin esperar tanto tiempo.
Sin duda alguna nosotras esa tarde la pasamos entretenidas y haciendo galletas para regalar, que también es una buena idea para hacerselas a alguien especial. Os animo y que el tiempo no os quite las ganas porque todo es ponerse a ello.
Espero que os guste y disfrutéis de estos pequeños momentos. ¡Un besito!