Las galletas son de mantequilla con sabor a vainilla, (si queréis la receta pinchad aquí) , ¡os puedo asegurar que salen buenísimas!
La decoración está realizada con glasa y manga pastelera. He utilizado una boquilla de flor, de la marca Wilton (existen varios modelos) y la verdad es que quedan muy bonitas y son sencillas de hacer. Lo importante para que salgan bien las flores, es la consistencia de la glasa: tiene que ser firme, es decir, que podamos realizar con ella la forma de las flores.
Si la glasa está demasiado liquida, el dibujo no se mantendrá, y no se pondrán apreciar las florecillas. La receta de la glasa la tenéis aquí, aunque debéis recordar, que como se trata de hacer flores, debéis aumentar la cantidad de azúcar glass, para conseguir la textura adecuada. Por ello, os recomiendo ir añadiendo poco a poco cucharadas de azúcar en polvo, hasta que veáís que al levantar la cuchara se forman, picos firmes y que la consistencia es la correcta.
Ya sabéis, una vez que tengáis la glasa a punto, se puede separar en tazones y teñir con colorante alimentario de los colores que más os gusten. Colocáis en mangas desechables y ya está. Recordad que entre color y color debéis dejar secar antes mínimo una hora, para que los colores no se mezclen.
Aquí tenéis un detalle dulce que a vuestras madres conquistará. A la mía le encantó.
¡Felicidades Mamá!Saludos
María José
¡Y no os olvidéis de poner un dulce en vuestra vida!