Crecí viendo Heidi, me encantaba la serie, la canción de la entrada y el año pasado me compré el libro para por fin poder leerlo, además de por su portada que me parece hermosa para las fotos de mi Instagram literario. En fin, yo alucinaba con la novela y cuando me entere que el reto de enero tenía por título Heidi, y entonces supe que no podía faltar.
Ya le decía yo a mi mamá que esas niñas sobrevivían a base de leche, queso y pan y miren que estaban sanitas y llenas de vida con lo bien que sienta la vida en el campo. Saben, de niña yo quería vivir en dos lugares, o en el árbol de conejo con su huerto en la entrada o en las montañas como Heidi y aun esos sitios son mi ideal, pero quedan como un inalcanzable, porque aquí ni Alpes Suizos ni un tronco donde quepa yo con mis zanahorias. En fin, que había que cocinar y para la ocasión decidí hacer una receta de galletas muy básicas y sencillas porque así era la comida que preparaba el abuelo, pero eso si, la leche de cabra con la que se deben acompañar debe ser recién ordeñada y de preferencia sacada de una, cuyo nombre sea copo de nieve, porque así la vida sabe mejor.
Se supone que en mi foto debía haber lana y ahí me tienen encaminada a donde pastan las ovejas en verano, pero vamos que es invierno, el campo está seco y no hay ovejas ni cabras, pero si hemos escuchado a una y dado con ella, sólo que estaba muy solita en una casa y me ha dado pena cuando salieron los dueños y nosotras ahí viendo entre barrote y barrote, esperando que la cabra blanca con manchas cafés se dignara salir y volteara para la cámara... a veces me siento algo chiflada con mis fotos para el blog.
Por cierto, no se olviden de pasar por el blog de Patty, donde encontrarán el recopilatorio con todas las recetas deliciosas que mis talentosas compis han preparado para este día.
Ingredientes:
3/4 de taza de nata (crema de leche). Por cierto, que la nata (crema de leche) es mi inspiración en Heidi, como tenía cabras y mucha leche... a veces le sobraba nata (crema de leche) y seguro hacia galletas para Granny. (La nata (crema de leche) es lo que sale de la leche entera cuando se hierve, se le recoge esta grasa o el espesor que se va formando en la superficie, lo aclaro porque luego hay muchos sinónimos en los países).
3/4 de taza de azúcar.
1 huevo muy pequeño, el más chico que encuentren.
1/2 cucharadita de royal.
Una pizca de sal.
2 tazas de harina.
Hay que batir todos los ingrediente, primero la nata (crema de leche) y batimos ligeramente, luego añadimos el azúcar colada y batimos. Después toca el huevo y lo mismo, batimos, si su huevo es grande, coloquenlo en un trasto y así pueden guardar el sobrante, después añadimos una taza de harina, la sal, la vainilla y el royal y batimos. Luego con la mano batimos la otra taza de harina que vamos a incorporar a la mezcla. Si su pasta queda pegajosa, entonces agregamos un poco más de harina. Cuando ya se pueda trabajar enharinamos una superficie y con un rodillo aplastamos la masa y cortamos en figuras.
Colocamos en una charola engrasada y enharinada. Barnizamos con yema de huevo o con azúcar disuelta en leche (yo he hecho lo segundo) y horneamos a 180° durante 12 minutos o hasta que estén ligeramente doradas por debajo.
A considerar:
El secreto de estas galletas está en no batir demasiado, así que sólo lo haremos lo justo para que se integren los ingredientes, ya saben, menos es mejor.
Cuando las sacamos del horno parecen blanditas y algo crudas, pero en cuanto se enfrían cogen la textura de galleta.
No crecen demasiado ni se inflan.
¿Qué les parece la receta? Si quieren leer la reseña que hice de Heidi pueden hacerlo en mi blog La puerta secreta
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Mi rincón en la cocina
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