Sin duda alguna habréis leído en muchos sitios que se puede comer bien empleando poco tiempo en la cocina. En algunas publicaciones incluso nos pone el tiempo que necesitamos para hacer un plato determinado pero ¿Habéis conseguido hacerlos alguna vez en el tiempo indicado?
Cuando se pone una a ello llega a dos conclusiones.
La primera: ¡Jopeee, qué lenta que soy!..
La segunda: qué el concepto de comer bien en poco tiempo contempla un expectro muy amplio de matices.
Ahorras tiempo, si tienes todos los ingredientes preparados, cortados y utilizas la olla rápida. "mareando" las hortalizas y añadiendo especias para dar sabor va muchísimo más rápido. Pero si queremos hacer un sofrito en condiciones seguro que el tema se alarga mucho más de lo previsto.
Al vapor: es increíble lo buenos que están los alimentos cocinados con ésta técnica. Yo estuve mucho tiempo pensando que era comida para enfermos, o para gente de estómagos delicados. Nada más lejos de la realidad. Los alimentos conservan todo su sabor y gran parte de su color original, no se necesita sal y se cuecen en muy poco tiempo.
En éste caso si se cumple la rapidez porque se puede hacer un pescado, y unas verduras con patatas al mismo tiempo en unos 10/12 minutos.
Los robots de cocina: son un hacha a la hora de acortar tiempos. Además de ser limpios, los que dan la opción de triturar, cortar, y batir, ahorran utilizar mucho utensilios.
El día que compré la Thermomix, probé hacer un estofado de patatas con costilla que venía explicado en "el libro gordo" que me regalaron y la verdad es que estaba buenísimo. Del sofrito mejor olvidarse, ni éste ni ningún otro robot de cocina del mercado hace esa función bien hecha. Hay que usar harinas para espesar las salsas puesto que no evaporan lo suficiente y éstas siempre quedan algo "aguadas"
Sustituí el sabor de las hortalizas, concentradas y caramelizadas, por especias y un caldo enriquecido de los míos, que a veces ya incluyen sofrito, y utilicé una patata harinosa para espesar. Para un día que se vaya con prisas no está nada mal.
Me cuesta sustituir el sabor a "rustido" y el color oscuro del fondo mis platos y salsas. Qué no es photoshop, que es que me los trabajo con ganas, jeje!...
La compensación del gasto que tienen estos robots llega cuando te acostumbras a utilizarla a diario. Los zumos y licuados, la bechamel, las cremas de verduras, la base para hacer flanes o helados, las masas y los bizcochos, algunas salsas... se hacen con una facilidad pasmosa. Y cuando te monta unas claras a punto de nieve, nata (crema de leche) o hace mantequilla en un plis plas una se empieza a creer que está en el cielo. Pero todo tiene su truqui, no todo es llegar y ponerse.
Se puede preparar un plato en menos de 30 minutos si los alimentos se comen crudos. Como son ensaladas, se utilizan precocinados, si se cocina a la plancha, si se utilizan productos en conserva etc... Y también si se cocina para uno o dos comensales. Pero por lo general no es así.
La semana pasada viendo un programa de cocina en TV, explicaban una receta hecha con jurel, pintado con una reducción de mirín y soja sobre un lecho de calabacines que me encantó. Apenas tardaron 8 minutos a hacerla. Pero a parte de que cocinaron una sola ración y en unas proporciones minúsculas. Los dos ingredientes de la salsa estaban previamente elaborados y el producto fresco era, de por si, de cocción rápida...
Otra manera de ganar tiempo es utilizando el wok. Hay un trabajo previo como es el de cortar todos los alimentos de un grosor y medida parecida. Pero como la consistencia de unos y de otros no es la misma siempre hay que empezar por el más duro o fibroso, para acabar añadiendo el que tenga un mayor contenido de agua. La cocción de cada uno de ellos no debe superar los 3 minutos. Mi wok necesita 10 minutos para calentarse bien, si nos damos prisa y tenemos ya el arroz hervido podemos hacer un plato en poco tiempo...
Al final hay que asumir que cocinar y comer bien todos los días requiere su tiempo. Y si no quieres pasarte la vida en la cocina hay que tener mucha previsión, y mucha organización.
Un plato no empieza a hacerse en la cocina sino en el supermercado cuando adquirimos los productos para elaborarlo.
¿Por qué cuesta tanto decir una cosa tan simple como ésta?
Algunas voces profesionales dicen que hay que volver a la cocina tradicional. Qué hay que revisarla y actualizarla. ¡Vaya por Dios! Eso siempre lo tuve bien claro, la prueba está en que nunca la he dejado de lado.
Después de todo el rollo/reflexión que os he soltado os pongo un plato rápido pero de más de 30 minutos, que conste. Una guarnición que puede acompañar a una carne a la plancha o a un buen trozo de salmón o bacalao al horno.
Ingredientes (Imprescindible que sean todos muy frescos)
Patata
Calabacín
Cebolla tierna
Tomates maduros pero firmes
Judías verdes
Ajo
Vinagre de manzana (o de vino blanco)
Tomillo fresco
Aceite de oliva virgen extra de
Pimienta negra de molinillo
Sal
Encender el horno a 180 º
Pelar y lavar las patatas. Cortar a rodajas finas. Hacer lo mismo con el calabacín, al que no le que quitado toda la piel sino que le él dejado unas rayas para diferenciar visualmente de la patata (la imagen cuenta). Cortar la cebolla tierna a gajos finos. Cortar el tomate a rodajas un poco más gruesas que las hortalizas.
Preparar una bandeja para el horno. En el fondo un poco de aceite de oliva para que no se nos pegue nada. Poner una primera capa de patata y otra de calabacín. Condimentar con sal, y un hilo de aceite. A continuación la cebolla, condimentar con sal. Otra de tomate, condimentar con sal, pimienta negra, un hilo de aceite de oliva, y tomillo fresco. Hay que condimentar con sal de manera moderada porque cada capa suma.
Introducir en el horno y cocinar hasta que las patatas estén hechas.
Lavar las judías verdes, cortar los extremos, dividir en dos y cortar de nuevo por la mitad a lo largo. Cocer al vapor por espacio de 8 minutos o en agua hirviendo durante unos 10 minutos. Deben quedar al dente. Si no os pasáis de cocción os quedarán verdes. Escurrir.
Preparar una vinagreta con el ajo machacado, vinagre de manzana o vino blanco, de forma moderada y aceite de oliva (una parte de vinagre por tres de aceite). Condimentar con sal y emulsionar. Deshacer la sal con el vinagre antes de introducir el aceite.
Templar un poco la vinagreta, e introducir las judías verdes en ella para que se impregnen bien de su sabor.
Preparar la carne o el pescado a la plancha, o como más os guste. Servir inmediatamente.
Otra receta similar que puede ser de vuestro interés
Ensalada de salmón y judías verdes con vinagreta
Así me organizo
De algunos de los platos que cocino van quedando restos que guardo en la nevera o congelo si voy a tardar en utilizarlos. Hoy tenía suficiente materia para hacer uno de mis caldos y me he puesto a ello.
En ésta imagen podéis ver los extremos de los tomates y el calabacín de la guarnición de hoy. También he aprovechado los tallos verdes de la cebolla tierna. Debajo se puede ver la chirivía y el boniato cortado a láminas finas que me sobró de hacer las chips de hortalizas de la semana pasada. También he añadido dos trocitos de pollo y un hueso de jamón previo hervor para quitarle algo de grasa. Lo he condimentado con tomillo, laurel. Cuando esté frío lo colaré. No suelo condimentarlo con sal hasta saber como y donde lo voy a utilizar.