El truco de estas recetas está en aprovechar el dulzor natural de algunas frutas o bebidas vegetales y usar los frutos secos para dar cremosidad. El resultado es espectacular, yo los suelo hacer y la verdad que la gente siempre se queda muy sorprendida.
Vamos a ello:
Helado de fresa y Plátano.
Trocea y congela una taza de fresas y otra de plátano.
Pon a remojo un puñado de anacardos toda la noche.
Al día siguiente y en el momento en que vayas a tomar el helado, tritura las frutas y los anacardos con medio vasito de leche vegetal, yo uso de arroz porque le da un toque dulce.
El resultado: un helado muy cremoso y saludable. Si lo vuelves a congelar, te aconsejo que cuando vayas a tomarlo, lo saques unos 15 minutos antes para que se atempere.
Helado de vainilla.
Vamos a utilizar un vaso de leche vegetal, en esta receta te recomiendo usar en concreto leche de almendras. Lo mezclamos con medio yogur natural y dos puñados de anacardos puestos a remojo la noche anterior. Añadimos también, dos cucharaditas de esencia de vainilla y 4 dátiles. Y batimos bien hasta que no queden grumos.
Ya tenemos nuestra crema de helado lista para meter en el congelador durante 3-4 horas. Es importante, que remuevas la crema cada 45 minutos para que no se formen cristales. Y tras esas 3-4 horas nuestro helado estará listo para disfrutar.Aquí tienes dos ejemplos de helados muy sencillos de preparar pero las opciones son tantas como te permita tu imaginación. Deja las perezas a un lado y sumérgete en este fresco, sano y delicioso mundo de los helados caseros.
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