No hay ningún helado en el mundo que pueda superar en frescor al helado de limón. En esta ocasión vamos ha hacerlo con claras de huevo batidas, para que le den una textura más esponjosa. Los ingredientes que lleva son de lo más sencillos y económicos que podemos encontrar y por supuesto lo haremos totalmente a mano. Si tenéis una máquina para hacer helados podéis hacerlo igual, sólo que sin el proceso de batir y congelar manualmente.
Ingredientes:
500 ml de leche.
300 ml de zumo de limón.
250 g de azúcar.
100 ml de agua.
2 claras de huevo.
ralladura de 1 limón.
Preparación:
En un recipiente a fuego ponemos a hervir el agua y el azúcar durante 10 min para hacer un almíbar.
Pasado este tiempo retiramos del fuego y le añadimos la ralladura de limón y el jugo de los limones, dejándolo reposar totalmente hasta que esté a temperatura ambiente.
Cuando haya enfriado, le añadimos la leche, lo mezclamos bien y lo reservamos en la nevera.
Batimos las claras a punto de nieve y le agregamos la mezcla del limón, mezclándolo con movimientos envolventes hasta que todos los ingredientes estén bien integrados.
Pasamos a un recipiente hermético y lo ponemos en el congelador.
Ahora viene el proceso lento: Cada hora aproximadamente sacamos del congelador, batimos la mezcla unos segundos y lo volvemos a meter en el congelador. Repetimos esta operación hasta que hayamos obtenido la consistencia deseada. Unas 5 o 6 veces.
Ya podemos usarlo o dejarlo en el propio congelador hasta que lo necesitemos. Mi recomendación es que lo saquemos unos 5 o 10 minutos antes del congelador antes de usarlo para que tenga una textura extraordinaria.
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Fuente: este post proviene de Dulces, tartas y otras historias, donde puedes consultar el contenido original.
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