¿Por qué es tan ideal para las mamis con niños en primaria? ¿Alguien lo adivina?
Porqué entre los malditos deberes, sí, los odio más que mis hijos, si es que no hay derecho, después de un porrón de horas de cole, a casa con deberes ¿Cuando jugamos?
Si es ver las 6 en el reloj y transformarme en un sargento chusquero, que si termina los deberes, que si venga a la ducha, que recoge tus cosas…y luego, cuando ya hemos hecho todo lo que una familia “decente” hace y podríamos hacer lo que nos va, lo normal, que es hacer un rato el indio ¿Qué toca?
Hacer la cena y luego cenar y luego ya es la hora de ir a la cama y no hemos tenido tiempo de estar ahí, juntos, sin prisas, sin nervios…
Así que ando inventando cenas que se puedan hacer de antemano, que se coman rápido y así podamos tener Everyday un rato, para disfrutar de estar juntos.
La receta no puede ser mas fácil. Se puede congelar también sin problemas.
Se parten unas tortillas de trigo en cuartos.
Las ponemos en un molde de magdalenas un poco engrasado (o en cuenquitos o flaneras o lo que pilléis), como formando un cestillo.
Se baten 4 huevos, un chorro de leche y una pizca de sal (aquí se puede condimentar como nos guste, orégano, pimienta, chiles…)
Se pica en plan rústico tomates, bacon, espinacas (de nuevo, aquí lo que cada uno quiera, se me ocurre que champiñones, albahaca, maíz, jamón, bróculi…)
Se mezcla con los huevos y se rellenan los cestillos.
Se espolvorean con queso rallado (tipo chedar, del que funde queda genial)
Se hornean unos 20 minutos a 180º.
Acompañados con un poco de guacamole, mostaza y salsa picante están de vicio.
Hoy nosotros cenamos sopa y la acompañaremos con uno de estos “burritos” tan ricos.
¿Fácil no?
Ya me contaréis que os parece.