El cuerpo humano es incapaz de producir vitaminas, por lo que depende de cómo se alimente para poder obtenerlas del exterior (salvo pequeños niveles de la vitamina B1, B12, D y K).
Aunque las vitaminas no aportan energía, siguen siendo vitales porque sin ellas las células no pueden aprovechar todos los nutrientes energéticos que hemos tomado antes. La variedad de tipos de vitaminas es bastante amplia y cada una de ellas sirve para cosas distintas, pero en general se dividen en dos grandes grupos: liposolubles, contenidas en aceites y grasas; y las hidrosolubles, que se disuelven en agua.
Las liposolubles quedan más tiempo almacenadas en nuestro cuerpo (concretamente en el hígado y los tejidos adiposos) y es posible estar más tiempo sin volverlas a consumir que las hidrosolubles. A este grupo pertenecen las vitaminas A, que protege la piel y está presente en vísceras de animales, zanahorias, espinacas o perejil; la D, muy buena para absorver el calcio y el fósforo y la podemos encontrar en el queso, huevos, sardinas, boquerones o atún; la E, muy recomendada para la regeneración de tejido muscular; la F (omega 3 y omega 6), que es muy importante para la circulación y combatir el colesterol; y la K, de la que nos proveen los vegetales y con la que mejoramos la coagulación de la sangre.
Las vitaminas hidrosolubles necesitan ser repuestas con más frecuencias porque se pierden rápidamente al diluirse en agua (mientras se cocinan los alimentos) o con el simple contacto con el ambiente. A las hidrosolubles pertenecen todas las vitaminas del grupo B, la C y la H. Esta última, que la encontramos en muchos frutos secos, frutas y la leche, hace que se forme la glucosa que necesitamos tras haber tomado hidratos de carbono y grasas. Muchos cítricos y vegetales son ricos en vitamina C, muy necesaria como antioxidante y para asimilar el hierro y el ácido fólico.
Para proveer a nuestro organismo de todas estas vitaminas solo basta con una dieta sana y variada, sin necesidad de recurrir a medicamentos por nuestra cuenta. Esos casos es mejor que sean analizados por un médico y que sea él quien detecte si de verdad existe alguna carencia. De todos modos, en este reportaje podréis descubrir mucho más sobre las propiedades de las vitaminas.
¿Crees que tomas las vitaminas que necesita tu organismo a través de tu alimentación?
Texto de Pablo Girón