INGREDIENTES (2 personas)
2 lubinas de ración frescas
6-8 dientes de ajo
1-2 cayenas
Vinagre de Jerez (o el que más os plazca)
Perejil fresco
Rúcula
Tomatitos cherry
Sal, pimienta y Aceite de Oliva
Tiempo: 15 minutos
Hora de zambullirnos en el océano para atrapar esta lubina que siempre será un buen reclamo para nuestras cenas a cámara rápida. Esta actriz marítima ya es bella de por sí pero si además la maquillamos y peinamos con un sofrito de toda la vida y la acompañamos por la alfombra roja (o blanca, visto el plato) de la mano de una buena ensalada, tenemos la receta perfecta para aplacar la gula nocturna. Fácil, sana, sabrosa, veloz... Es tu turno. ¡Mandiles arriba!
El pescado
1. Pedimos a nuestro gentil pescadero que nos deje preparadas las lubinas. Bien limpias y abiertas como un libro. Si no es majo... cambiar de pescadero.
2. Salpimentamos el pescado y untamos una fuente (o la bandeja) de horno con un poco de aceite. Colocamos las lubinas con la piel hacia abajo y regamos con otro hilo de aceite. Dejamos asar durante 10 minutos a unos 200º (un horno, un mundo, ya lo sabéis)
El sofrito
3. En una sartén calentamos aceite de oliva (unas 3-4 cucharadas) y añadimos el ajo fileteado y las guindillas. Lo sofreímos bien hasta que quede todo bien doradito y crujiente.
4. Apartamos del fuego. Dejamos templar un par de minutos y añadimos el vinagre de Jerez y el perejil picado.
5. Sacamos el pescado y lo rociamos bien con la mezcla anterior y lo volvemos a meter en el horno (ya apagado) para que se mantenga caliente.
La ensalada
6. Tan sencilla como aliñar bien nuestra rúcula y los tomatitos cherry (lavados y cortados por la mitad) con un buen aceite de oliva Virgen Extra, vinagre de Jerez, sal y pimienta. Mezclamos.
7. Ya sólo nos queda emplatar esta joya marítima. Pescado bien cubierto con el sofrito de ajo, guindilla y perejil. Acompañamos con nuestra ensalada y listos para zarpar. ¡Que aproveche, hitchcookianos!