Este mes el Desafío en la cocina propuesto por las hermanas de La Cocina de Camilni me daba mucho miedo y mucha pereza, en casa no somos muy de dulces y nunca me han llamado nada la atención estas galletitas rellenas tan famosas llamadas macarons.
Además este dulce italiano que luego se hizo francés (ver la historia en wikipedia) me daba cierto respeto porque algunas de mis compis de Desafío en la cocina, que son más aplicadas que yo habían fracasado varias veces, así que me temía que iba a pasarme horas preparando una receta que además luego no me iba a gustar.
Pues tengo que decir que aunque no me salieron perfectos, salieron muy bien a la primera y además nos gustaron... Sí, sorprendente... Sería que ese día estaba inspirada.
Utilicé la receta de María Lunarillos pero con la mitad de cantidad por si me tocaba repetir y repetir hasta que salieran... Con las cantidades que utilicé, que son las que voy a poner, me salieron 20 galletas o 10 macarons.
INGREDIENTES - 10 macarons
Para los macarons:
55 grs. de harina de almendra (almendra molida. Yo utilicé de la marca Borges porque está molida más finamente)
110 grs. de azúcar glass
55 grs. de claras de huevo (a temperatura ambiente)
15 grs. de azúcar blanca
Colorante alimenticio en pasta (no vale líquido)
Para el relleno de frosting:
40 grs. de queso crema
40 grs. de mantequilla pomada
40 grs. de azúcar glass
PREPARACIÓN
Tamizamos la harina de almendras junto con el azúcar glas, yo he utilizado un colador porque no tengo tamizado. Hay que repetir el proceso durante 3 veces, esto será un paso fundamental para que los macarons queden brillantes y bien lisos. Reservamos.
Hay quien envejece las claras, yo tuve los 2 huevos durante 24 horas fuera de la nevera (como te los venden en el supermercado). Separamos la clara de la yema y pesamos la cantidad de clara que necesitamos, que casi fue toda la de dos huevos.
Utilizando unas varillas montamos las claras, cuando esté casi montada añadimos el azúcar blanco y nuestro colorante en pasta, la cantidad de colorante que pondremos dependerá del color que queramos conseguir, tened en cuenta que el color se apaga un poco tras el horneado.
Seguimos batiendo y montando las claras hasta que las puntas que se forman al tener las claras montadas se queden de pie y no se caigan hacia abajo.
Ahora haremos el macaronage, hay que hacerlo con mucho cuidado y mimo. En el mismo cuenco donde tenemos las claras montadas añadimos la mitad de la mezcla de la harina de almendras y azúcar glas y mezclamos con una espátula haciendo movimientos envolventes. Cuando esté más o menos integrado añadimos la otra mitad y seguimos envolviendo nuestra mezcla, apretando contra las paredes para deshacer los grumos de harina.
No nos debemos pasar de mezclado pero tampoco debemos quedarnos cortos, aunque los expertos dicen que es mejor quedarse un poco corto que pasarse y que nos quede una mezcla demasiado líquida porque no saldrán los macarons. Tiene que quedar lo que se llama el punto de cinta, cuando levantamos la espátula la masa caiga como una cinta...
Pasamos la mezcla a nuestra manga pastelera utilizando una boquilla del nº10, o sin boquilla como hice yo y formamos los famosos macarons. Es importante que tengan todos el mismo tamaño, podéis usar un tapete para macarons o dibujar unos círculos (yo usé un tapón de agua - 3 cm) en papel de horno, luego le dais la vuelta para que se vea el calco y lo colocamos sobre la bandeja de horno.
Apretamos la manga hasta que se forme una bola casi del mismo tamaño que la plantilla y le damos unos golpes contra la mesa para que las burbujas que se hayan formado salgan a la superficie. Si queda alguna que no se rompa le ayudaremos a romper con un palillo.
Dejamos que los macarons se sequen y se alisen durante el tiempo que sea necesario, en mi caso solo estuvieron 30 minutos pero en el caso de alguna compi que vive en climas más húmedos necesitaron muchas horas. Tienen que quedar secos, que al tocarlos con la yema del dedo no se peguen.
Mientras precalentamos el horno a 130ºC con calor arriba y abajo, cuando esté caliente y los macarons secos los meteremos un poco más abajo de la mitad y los hornearemos durante 20 minutos. Este proceso también dependerá del horno, hay quien los ha horneado a 150ºC durante 15 minutos y hay quien al hornearlos así se le han roto... Depende del horno, de la potencia y de no que más, así que yo preferí pecar de poco calor y tenerlos más rato.
Lo importante es que les salga el pie y que no se bajen.
Los retiramos del horno y esperamos 1 hora a que se enfríen y podamos despegarlos sin romperlos.
Preparamos el frosting de queso crema mezclando los 3 ingredientes, mantequilla pomada, queso crema y azúcar glass, los ponemos en una manga y vamos rellenando la mitad de las galletas por la parte del pie, cubrimos con la otra mitad de galletas y ya tenemos listos los macarons.
Hay recetas de macarons para aburrir, con sabores, colores y rellenos diferentes, si queréis ver una pequeña muestra visitad el post de Desafío en la cocina.
¡Feliz día!
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