Me gusta tener siempre algo de bollería o galletas caseras para desayunar y para que los niños empiecen el día de la mejor manera, así que el otro día le pregunté a Javier, mi hijo pequeño, que de qué quería que hiciese las magdalenas y su respuesta fue muy graciosa y contundente: “no las quiero de nada mamá”. Entonces me di cuenta de que muchas veces nos empeñamos en enriquecer ó adornar todo lo que cocinamos y cuando hay cosas que cuanto más simples las hagas, mejor están.
Decidí entonces hacer estas magdalenas de naranja, ya que en otra entrada os mostré cómo hacer magdalenas integrales y en este caso, entre sus ingredientes añadía ralladura de limón.
Siempre me ha gustado mucho utilizar harinas integrales en las recetas que hago, siempre que la receta la acepte bien, claro está y además soy consumidora habitual de productos integrales tanto de panes, cereales como de galletas. Son muchas las propiedades beneficiosas que tienen los cereales integrales, además de aportar mucho sabor a los productos en lso que se encuentran. Así además de ser ricos en fibra, son alimentos ricos en hidratos de carbono de absorción lenta, con lo que además ayuda a saciar nuestro apetito. La cascarilla externa de los cereales presenta cantidades significativas de vitamina B y vitamina E, así como minerales y magnesio, fósforo, zinc y cobre, todos ellos necesarios para el organismo y responsables de que este tipo de cereales nos prevengan de muchas enfermedades y afecciones. De hecho en Estados Unidos, el Organismo para el Control de Alimentos y Medicamentos ha reconocido la importancia de los alimentos integrales en la prevención de enfermedades cardíacas coronarias y algunos tipos de cáncer. Y por esta razón, ha autorizado que estas propiedades benéficas aparezcan indicadas tanto en los envases de este tipo de alimentos como en los mensajes publicitarios.
Espero que os animéis a hacer estas magdalenas porque además de todos los beneficios que os van a aportar son muy sabrosas, facilísimas de hacer y desprenden un olor increíble.
INGREDIENTES:
2 huevos tamaño L
175 gr. de azúcar moreno
60 ml. de leche a temperatura ambiente
190 gr. de aceite de girasol o de aceite de oliva suave
210 gr. de harina de trigo integral
La ralladura de una naranja
7 gr. de levadura química tipo Royal
1/4 de cucharadita de sal
ELABORACIÓN:
Batimos juntos y a velocidad media, los huevos con el azúcar hasta que la mezcla haya aumentado visiblemente de volumen.
Bajamos la velocidad y añadimos la leche y el aceite poco a poco para evitar que la mezcla pierda volumen.
Añadimos la ralladura de naranja y continuamos batiendo.
En un bol mezcla la harina, la levadura y la sal y añádeselo a la mezcla de los huevos. Bate lo justo para que se mezclen.
Tapa el bol con un paño o con film transparente e introdúcelo en la nevera un mínimo de 1 hora. Lo puedes hacer incluso de un día para otro y tenerlo toda la noche en la nevera. Es así como he hecho yo las magdalenas de esta entrada. Esto ayudará a que las magdalenas suban más en el horno debido al contraste frío/calor.
Precalentamos el horno a 250º C.
Llenamos las cápsulas que vayamos a utilizar a 3/4 de su capacidad para evitar que se nos desborden en el horno.
Introducimos las magdalenas en el horno y bajamos la temperatura a 210ºC. Dejamos que se horneen durante 15 minutos aproximadamente.
Las sacamos del horno y las dejamos reposar en el molde de metal o silicona durante 5 minutos (para evitar que las magdalenas se abran y se desborden, es recomendable introducir las cápsulas en algún molde metálico o de silicona especial para hacer magdalenas o muffins, aunque si no tienes tampoco es inprescindible, en ese caso trata de utilizar cápsulas de muy buena calidad). Pasado ese tiempo las sacamos y dejamos que se enfríen completamente sobre una rejilla.
ALGUNAS ACLARACIONES:
Si te gusta la canela, puedes añadir una cucharadita a la masa cuando añadas la harina.
Espolvorea las magdalenas antes de introducirlas en el horno con un poco de azúcar blanco o azúcar moreno.