Cada vez que veo este postre en la carta de un restaurante (de comida americana por lo general) confieso que estoy deseando que se termine la comida para poder pedirlo inmediatamente (sí, yo soy de las que mira antes lo que hay de postre que lo que hay de comer). Ya os he dicho alguna vez que no hay nada que me guste más en el mundo que una galleta sea como sea, desde la más chocolatosa hasta las galletas hechas con harina integral, absolutamente TODAS. Pero particularmente muero por estas galletitas, perdón galletazas hechas en sartén, que te las ponen recién sacadas del horno, calentitas, con un olor a galleta que me vuelve loca. Y para rematar vienen con una bola de helado que empieza a derretirse por el calor de la galleta y si todo esto no es poco, para rematar llevan por encima una buenísima cantidad de salsa de chocolate. Me quedo sin palabras cuando la tengo delante y ya puedo estar llena a reventar, que en la sartencita en cuestión te aseguro que no va a quedar ni una sola miga.
El caso es que no se como he tardado tanto en hacerlas yo misma, con lo fácil y rápido que es. La masa de las galletas no tiene gran misterio, la salsa de chocolate se hace en un abrir y cerrar de ojos y el helado de vainilla (o de lo que tú prefieras) lo puedes comprar si no te apetece hacerlo tú mismo.
INGREDIENTES:
Para la masa de galletas:
75 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
75 gr. de azúcar moreno
25 gr. de azúcar blanco
1 huevo L
150 gr. de harina
10 gr. de levadura química tipo Royal
1/4 de cucharadita de sal
1 cucharadita de extracto de vainilla
120 gr. de chips de chocolate
Para la salsa de chocolate:
60 gr. de chocolate especial para fundir (70% cacao)
75 gr. de nata (crema de leche) líquida (35% M.G.)
30 gr. de mantequilla
25 gr. de azúcar
ELABORACIÓN:
De la masa de las galletas:
Precalentamos el horno a 180º C.
En un bol tamizamos juntos la harina, la levadura y la sal y reservamos.
Batimos juntos la mantequilla y los dos tipos de azúcar hasta conseguir que el azúcar se haya disuelto y obtengamos una mezcla esponjosa.
Añadimos el huevo que previamente habremos batido un poco y lo añadimos poco a poco a la mezcla anterior sin dejar de batir en ningún momento. Cuando el huevo esté bien integrado, añadiremos el extracto de vainilla.
Bajamos la velocidad al mínimo y comenzamos a añadir ahora la harina a cucharadas, sin parar y seguimos batiendo hasta que la harina se integre completamente en la mezcla.
Añadimos ahora con la ayuda de una espátula, la mitad de las pepitas de chocolate y el resto de pepitas las dejaremos para esparcir por encima antes de introducir las galletas en el horno.
Dividimos la masa en dos si tu sartén es de 21 cm., o en 4 si son de 16cm (como las mías). Hacemos primero una bola de masa que colocaremos sobre la sartén y aplastaremos sobre la base de la misma hasta conseguir que cubra toda la superficie. Ahora es cuando espolvoreamos las pepitas de chocolate que habíamos reservado e introducimos las galletas en el horno durante 15 minutos si tus sartenes son pequeñas o 25 si son de las más grandes.
De la salsa de chocolate:
Mientras se hacen nuestras galletas en el horno, vamos a ir preparando la impresionante salsa de chocolate que echaremos por encima del helado (solo de pensarlo mientras escribo esto, se me hace la boca agua) y para ellos pondremos en un cazo la nata (crema de leche) junto con la mantequilla y el azúcar. Lo ponemos al fuego y justo cuando rompa a hervir, retiraremos el cazo del fuego y añadiremos el chocolate cortado en trozos.
Dejamos reposar el chocolate dentro del cazo unos 5 minutos y entonces removemos bien con una cuchara hasta conseguir una mezcla lisa y brillante.
Montaje de la galleta:
Sacamos las galletas del horno y dejamos que se templen un poco antes de poner por encima una bola de helado de vainilla y por encima del helado un buen chorro de salsa de chocolate.
Comer inmediatamente cuando la galleta aún está caliente.
ALGUNAS ACLARACIONES:
Además de los chips de chocolate, puedes añadir trozos de frutos secos a la masa, como nueces por ejemplo.
Puedes hacer la masa y congelarla en porciones individuales envolviéndolas bien en film transparente y así la tienes lista para cuando quieras repetir este espectacular postre. No tienes más que sacar la masa del congelador una o dos horas antes de ir a preparar las galletas.