Ingredientes:
500 g de harina de repostería
200 g de manteca de cerdo
25 g de aceite de oliva virgen extra
150 g de azúcar glas
70 g de almendras peladas
Una cucharadita de canela
Ralladura de media naranja
una pizca de sal
Huevo y sésamo tostado para decorar
Preparación:
Lo primero es secar la harina. Según mi amiga Reme, de quien sé este truco, hay que SECARLA, no TOSTARLA. Para eso hay que darle poca temperatura durante más tiempo y remover. En la bandeja del horno pones la harina extendida, y el horno a 100º durante unos 60-70 minutos, removiendo cada poco tiempo para que no tome color y se haga por todas partes igual.
Tuesta un poco las almendras, lo puedes hacer en el horno o en una sartén con cuidado, y cuando la harina y las almendras estén ya frías, podemos empezar con la receta.
En un bol pon la manteca de cerdo a temperatura ambiente, el aceite, el azúcar glas y mezcla hasta que la masa esté suave.
Echa la harina con la canela y demás ingredientes y mezcla o amasa bien hasta que se despegue del bol.
Espolvorea el resto de la harina sobre la mesa de trabajo, y extiende la masa con un rodillo a un centímetro y medio o dos de grosor.
Con un cortador redondo ve preparando las piezas (a mí no me gustan muy grandes) y ponlos sobre una bandeja de horno.
Enciende el horno a 200º
Pinta con el huevo batido y adorna con ajonjolí o sésamo.
Mantén en el horno de 10-12 minutos, o hasta que el mantecado esté dorado.
Deja enfriar sobre una rejilla el tiempo suficiente hasta estén bien fríos, que están muy blandos cuando salen del horno, y se pueden romper si no se manipulan con cuidado.
A ver... pasarlos de una bandeja a otra, con sumo cuidado, y perder 15 del tirón.... ¡qué coraje me dio!