El otro día preparé una receta con mejillones y me sobraron un montón. A mi me encantan los mejillones cocidos sin nada mas, un chorrito de limón y punto.
Pero quería probar algo nuevo y me acordé de una receta que había visto este verano en Directo al Paladar.
A mi todo lo picante me gusta mucho, aunque os tengo que reconocer que no me salió muy picante, así que si sois de estómagos delicados podéis comerla sin miedo.
INGREDIENTES:
1/2 kg de mejillones frescos
2 vasos de agua
1 hoja de laurel
zumo de medio limón
Para la salsa picante:
50 ml de aceite de oliva
2 dientes de ajo
1/2 cebolla
2 guindillas
1/2 cucharadita de sal
1 cucharadita de salsa tabasco
1/2 vaso de vino blanco (unos 125 ml)
1/2 vaso de agua (unos 125 ml)
250 gr de tomate frito
Unas hojas de perejil picado
PREPARACIÓN:
Lo primero es lavar muy bien los mejillones. Yo lo hago con un estropajo de aluminio. Le quitamos también las "barbas" y los cocemos unos tres minutos en una olla con dos vasos de agua, una hoja de laurel y el zumo de medio limón. Los tapamos para que se genere vapor y cuando estén abiertos los sacamos. Desechamos los que no se han abierto.
Quitamos la concha vacía y nos quedamos solo con la que tiene la carne del mejillón. Reservamos mientras preparamos la salsa.
Preparamos la salsa, pochando en el aceite los dientes de ajo picaditos y la cebolla. Cuando estén dorados añadimos las guindillas y el tabasco, removemos. Incorporamos la salsa de tomate y el vino y dejamos que se evapore un poco el alcohol. Por ultimo añadimos el tomate frito y cocinamos unos minutos. Incorporamos los mejillones y el perejil y dejamos que se impregnen de la salsa.
Lavamos muy bien los mejillones.
Los ponemos a cocer en agua con sal, limón y una hoja de laurel hasta que se abran.
Desechamos los que no se han abierto y retiramos la concha vacía.
Vamos con la salsa, pochamos la cebolla con los ajos.
Añadimos las guindilla y el tabasco. Después el tomate y el vino y cocinamos un poco.
Cuando se haya evaporado el alcohol del vino, echamos el agua.
Y agregamos los mejillones y el perejil y dejamos unos minutos que se impregnen de la salsa.
Una salsita espesa, para mojar mucho pan.
Y no pican mucho, de verdad, podéis hacerlos sin miedo.