Receta para hacer mermelada de tomate
¿Sabéis que se puede hacer mermelada con el tomate? ¡Sí!, y, además, ¡está deliciosa! Y para que podáis comprobar que no estoy exagerando, hoy voy a compartiros una receta muy sencilla de elaborar, con la que se obtiene una estupenda mermelada, muy superior en sabor a las que podéis encontrar en las tiendas, y sin ningún tipo de aditivo, mejorante o espesante, mermelada de tomate 100% natural y casera. Con muy poco dinero podéis preparar varios botes de esta deliciosa confitura. Su elaboración es tan sencilla, que cualquiera, aunque no haya pisado en su vida una cocina, sería capaz de prepararla. Una vez que la tengáis lista, podéis disfrutar de ella en unas tradicionales tostadas con mantequilla, o?,¡¿qué os parece si preparamos una tarta de queso y la cubrimos con ella?! ¡Son tantas las posibilidades que se nos presentan en este bonito mundo de la cocina!
La mermelada de tomate es una de las que menos azúcar lleva. En comparación con otros tipos de mermelada, en los que el azúcar añadido equivale al peso de fruta, en el caso del tomare se suele añadir la mitad del peso de éste. En cualquier caso, yo prefiero añadir aún menos cantidad de la que podréis encontrar en otras recetas. La cantidad de azúcar a añadir va a depender del tipo de tomate que podáis encontrar, no es lo mismo hacer una mermelada con tomates maduros de temporada, que hacerla con tomates cultivados en invernaderos fuera de temporada y que no llegan a desarrollar la misma concentración de azúcares que los de temporada. La cantidad de azúcar también va a depender de la textura que andéis buscando en el producto final, si queréis que sea muy densa el azúcar se concentrará más, por lo que podéis añadir menos que si queréis obtener una textura más líquida. Yo he hecho mermeladas con un 33% de azúcar, con un resultado delicioso. La receta que os presento hoy, lleva un 40% de azúcar con respecto al peso de los tomates.
Esta elaboración pasa a engrosar el recetario de mermeladas de esta página, sumándose a recetas como la de nuestra mermelada de ciruelas amarillas, o la de mermelada de manzana y canela.
¿Preparados para elaborar una de las mermeladas más ricas del mundo?
¡Comenzamos!Vídeo de la Receta
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Ingredientes [Para 1 bote pequeño]:
Tomate - 500 gramos
Azúcar - 200 gramos
Limón - 1/2 unidadElaboración de la Receta
Iniciamos nuestra receta cortando los tomates en trozos y echando éstos en el vaso de la batidora eléctrica. En el apartado de anotaciones y consejos, al final de la receta, os cuento como llevar a cabo el procesado de los tomates de manera diferente. En esta ocasión, he decidido elaborar una mermelada sin semillas, de ahí que no sea necesario el tradicional proceso de escaldado del tomate.
Una vez que tenemos los tomates troceados en el vaso de la batidora, los trituramos hasta obtener un puré de textura fina.
A continuación, pasamos el puré a través de un colador, de este modo, conseguimos que el puré quede libre de pieles y semillas.
Ponemos el tomate triturado en una olla, y añadimos el azúcar granulado y el zumo de medio limón. Calentamos a fuego medio hasta que el tomate comience a hervir ligeramente. Bajamos un poco el fuego, de modo que el hervor se mantenga a un ritmo suave.
Cocinamos, sin dejar de remover para que el agua se vaya evaporando y el tomate espese. No debemos dejar de remover, ya que el azúcar del fondo de la olla podría acabar quemándose.
A medida que pasa el tiempo, podemos ver como la mermelada va cogiendo cuerpo. En nuestras manos está decidir si la queremos más o menos densa. A mí me gusta bastante densa, además, como he añadido menos azúcar que en otras ocasiones, dejo reducir la salsa hasta que la cuchara de madera deja un surco al pasarla por el fondo de la olla.
Una vez que la mermelada ha alcanzado el punto que buscáis, la apartamos del fuego y la vertemos dentro de un bote con tapa hermética, o un bote con tapa de rosca. Es preferible usar botes de cristal. Si la vamos a consumir en pocos días, una vez que se haya enfriado, la guardamos en al nevera. Si no la vamos a consumir a corto plazo, o hemos preparado cantidad para varios botes, podemos esterilizar éstos, lo que hará que se conserven en perfecto estado durante meses. Si optáis por estos último, os recomiendo encarecidamente la lectura de nuestro artículo; cómo esterilizar botes de conserva, en el que sin duda encontraréis todo lo que es necesario saber sobre este proceso.
Anotaciones y Consejos
Antes de comenzar con la receta debemos decidir si queremos que en nuestra mermelada aparezcan semillas o no. Yo suelo elaborarla de las dos maneras, pero en esta ocasión me he decantado por una mermelada sin semillas, por lo que he procesado los tomates de manera diferente a como suelo hacerlo. Si no os importa que vuestra mermelada tenga semillas, una buena opción es escaldar los tomates practicando un pequeño corte en forma de cruz en la parte superior, e introduciéndolos durante un minuto en agua hirviendo. Luego, tras meterlos en agua fría, nos resultará muy fácil quitarles la piel.
En algunas recetas se suele usar azúcar integral, o una mezcla de integral y blanco. También se pueden preparar las mermeladas con diversos tipos de sirope. Como en el caso de muchas otras elaboraciones, os animo a que hagáis todo tipo de pruebas hasta dar con el plato que más os satisfaga.