Sí, por fin ha comenzado la Semana Santa. La gente sale a las calles a ver las procesiones que a su vez inundan todo a su paso con olor a incienso... Ummm, me encanta ese olor jajaja. Me trae recuerdos de estas fechas en las que existen tantas tradiciones. Entre ellas, las de comer torrijas.
Creo que es el postre por excelencia de la Semana Santa, quién más y quién menos come torrijas en estas fechas ya sea elaboradas por uno mismo o gracias a la generosidad de algún familiar, amigo o vecino que nos regala algunas de las que ellos mismos hacen. El caso es que todos sucumbimos a la tentación de estos dulces jajaja.
Por eso yo no he querido ser menos y aquí os traigo mi aportación a tantas y tantas recetas de torrijas que en estos días se cuelgan en la red.
En mi caso os traigo una receta de torrijas que como yo les digo son al "estilo sevillano". ¿Por qué les llamo así? Pues porque es como se suelen hacer en Sevilla (cuando hablo de Sevilla, me refiero a la capital, no generalizo a los pueblos). Simplemente son unas torrijas en las que se cambia la leche por vino blanco y el rebozado de azúcar y canela por miel.
Para quiénes no estéis acostumbrados os puede sonar a algo... "poco apetecible" pero os aseguro que si las probáis os encantarán ;)
Para ello os hace falta la receta, así que... vamos con ello :)
Ingredientes:
Pan especial para hacer Torrijas. (Yo uso tamaño "mini" 34 rebanadas aproximadamente).
2 vasos de Vino Blanco.
1 kg. de Miel de flores.
4 huevos.
Agua (1 vaso y 10 cucharadas soperas).
Aceite de girasol.
Elaboración:
Para hacer estas torrijas yo uso pan especial para torrijas. Me gusta mucho más el resultado final que usando pan "normal" y además así no tengo que estar pendiente de si sobra o no suficiente pan para poder hacerlas. De todas formas estas torrijas también se puede realizar con el pan sobrante. Es simplemente cuestión de gustos :)
Si os decidís a hacer la receta con pan especial, en mi caso lo prefiero de rebanadas pequeñas o "mini" como yo las llamo. Me resulta más cómodo de comer en porciones pequeñas que en caso de que nos quedemos con ganas podemos repetir, que en porciones grandes las cuales, a mí personalmente, pueden llegar a hartar demasiado.
Termino estas aclaraciones, enseñándoos una foto del pan especial que he utilizado. Como podéis comprobar en la imagen es chiquititin ya que el tenedor que aparece en la foto es un tenedor de postre y hace como tres rebanadas. En realidad son una monería jajaja. De todas formas aunque ahora aquí las veáis muy pequeñitas, no os "asustéis" porque después de toda la elaboración "crecen".
Pan especial para torrijas "mini".
Aclarado todo el tema del pan que he utilizado, sigamos con la elaboración :)
Comenzaremos diluyendo en un plato 2 vasos de vino blanco y 1 de agua y remojando todas las rebanadas en él. Debemos mojarlas pero no empaparlas, ya que sino se pondrían demasiado blanditas. Una vez que las vayamos mojando, las iremos reservando en una fuente.
Remojamos las rebanadas en la mezcla vino-agua.
Reservamos las rebanadas ya remojadas.
Consejo:
Por norma general la proporción que yo uso es el doble de vino blanco que de agua. Sabiendo esta proporción podréis hacer una cantidad de torrijas distinta a la mía sin problemas.
A continuación pondremos en un cazo el kilo de miel y 6 cucharadas soperas de agua. Lo removemos un poco con una cucharada y lo ponemos a fuego bajo. Esto lo hacemos para diluir la miel un poco y que no esté tan densa. Tenemos que conseguir como un almíbar suave, no algo denso y pesado. Aprovecharemos también para poner a calentar nuestro aceite de girasol en un perol.
Añadimos a la miel, agua y la ponemos a calentar.
En otro plato batiremos los 4 huevos y comenzaremos a pasar las rebanadas por él.
Pasamos las rebanadas por huevo batido.
Consejo:
Añadiremos por cada huevo una cuchara sopera de agua. Esto nos ayudará a que a la hora de freír las torrijas nos salgan los menos "hilitos" posibles y que tanto afean a nuestras torrijas.
Cuando el aceite esté lo suficientemente caliente comenzaremos a freír las torrijas en tandas. Mi perol me permite las tandas de 6 en 6, pero cada uno que las haga según la capacidad del suyo. Cuando estén doraditas por un lado, le daremos la vuelta y las seguiremos friendo por el otro.
Freímos en tandas de 6.
Una vez doradas por un lado, las haremos por el otro.
En el momento en el que estén bien doradas por todos lados las sacaremos y las iremos enmelando. Para ello ya habremos apartado del fuego la miel que pusimos a calentar pero debemos asegurarnos que aún sigue caliente para que esté lo suficientemente "líquida".
Enmelamos las torrijas.
Yo recomiendo que cuando terminemos de enmelarlas las vayamos depositando en el recipiente donde vayamos a dejarlas guardadas. De esta forma no perdemos miel pasando por ejemplo de un plato a un recipiente hermético. Es mejor ponerlas desde el principio en el recipiente hermético.
Ponemos las torrijas enmeladas en un recipiente hermético.
Por último y cuando ya tengamos todas nuestras torrijas bien enmeladas, colaremos la miel que nos haya sobrado y la echaremos por encima de las torrijas. Esto hará que se mantengan más jugosas el tiempo que estén guardadas.
Rociamos las torrijas con la miel que haya sobrado.
Consejo:
Como la "gracia" de estas torrijas es que estén bien emborrachadas de miel, os recomiendo que siempre comamos primero las de abajo del todo y que si tardamos en comérnoslas (cosa que dudo jajaja) pasemos las de abajo a arriba y las de arriba a abajo, para que todas tengan la oportunidad de empaparse bien de la miel sobrante.
Y con esto ya tendríamos terminadas nuestra receta de torrijas.
Espero que os hayan gustado estas mini torrijas de vino y miel y que las probéis que seguro que os gustarán.
Besitos, que paséis un estupendo Domingo de Ramos y nos vemos en la próxima receta que se nos avecina ;)