Estas torrijas no pertenecen al recetario tradicional malagueño. Se trata de unas torrijas de creación propia en las que he querido incluir varios sabores muy representativos de Málaga como el vino dulce Málaga Virgen, las naranjas del Valle del Guadalhorce y las fresas de la Mayora. El conjunto de estos ingredientes hacen que tengamos unas torrijas muy afrutadas con unos aromas y texturas que os encantarán. Os recomiendo hacerlas en casa y que las disfrutéis acompañadas de una copa de vino dulce malagueño. Hará las delicias de todos, os lo aseguro!
Ingredientes:
Pan para torrijas
1/2 litro de leche
1 naranja
1 copa de vino dulce de Málaga
1 limón
azúcar
1 rama de canela
fresas
2 huevos
aceite de oliva suave para freír o aceite de girasol
Miel (a poder ser de azahar)
Comenzamos infusionando la leche con dos cucharadas grandes de azúcar, un trozo de cáscara de naranja, la rama de canela y la copa de vino dulce. Llevamos a ebullición y dejamos enfriar.
Mientras la leche se enfría, cortamos el resto de la piel de la naranja en juliana muy finita. La colocamos en un cazo junto con dos cucharadas de azúcar y un poco de agua. Dejamos hervir a fuego suave.
Cuando el agua se haya consumido estará confitada la cáscara de naranja. Sacamos y reservamos.
En otro cazo ponemos 4 cucharadas de azúcar con unas gotas de limón. Agregamos un poco de agua y ponemos a fuego medio para que se haga el caramelo.
Cuando el caramelo esté a punto de hebra lo apartamos. Mientras lavamos las fresas y las pinchamos con un palo de madera especial para brochetas.
Cuando el caramelo haya enfriado un poco, siempre con mucho cuidado cuando trabajamos con caramelo caliente, vamos pasando las fresas de una en una y las ponemos en un vaso a enfriar.
Las rebanadas de pan las empapamos en la leche una vez que esté a temperatura ambiente.
Pasamos por huevo.
Las freímos en aceite caliente. Es importante que el aceite esté bien caliente para que el pan no absorba el aceite de la fritura.
Dejamos las torrijas fritas en papel de cocina al sacarlas de la sartén.
Con la naranja a la que le habíamos quitado la cáscara hacemos un vaso de zumo. Ponemos en un cazo el zumo junto con 4 cucharadas de miel. Llevamos a ebullición y dejamos reducir el conjunto a fuego suave hasta que obtengamos una melaza.
Colocamos las torrijas sobre una rejilla y pintamos con la melaza de miel y naranja. Esperamos unos minutos, damos la vuelta y repetimos la operación.
Cuando estén frías las servimos con las cáscaras confitadas de naranja y las fresas caramelizadas.