Como os decia, las natillas (las de vainilla, las que siempre hemos comido y que nos han preparado mil veces nuestras madres), son uno de esos postres que no puede faltar ni en nuestros recetarios ni en nuestras neveras. Un postre lácteo suave, muy cremoso y con un sabor que todos reconoceríamos con los ojos cerrados. Y si a esto, le añadimos la inconfundible galleta Maria encima, ya tenemos un postre de verdadero lujo.
Pues a esto, a esta receta maestra, vamos a intentar darle un giro, con un sabor diferente y verdaderamente interesante y rico: pistachos. A mi personalmente me encanta probar sabores nuevos y platos de los que Carmen denomina "raros", por lo que al ver esta receta por internet (creo que la idea de esta receta sale del maestro Ferran Adrià), no dudé en lanzarme a prepararlas.
El resultado lo podría describir con dos palabras: curioso y diferente. Un sabor muy interesante, que a nosotros nos gustó mucho y que por lo tanto queríamos compartir con todos vosotros, para que cada uno las juzgue en su propia casa. Pero eso si, merecen la pena, de verdad que merece mucho la pena por lo menos probar estas natillas tan originales. Ahora solo nos queda ir a por los delantales y empezar a cocinar!
Ingredientes (2 personas):
50 ml de nata (crema de leche) para montar
2 yemas de huevo
250 ml de leche
35 gr de pistachos pelados
45 gr de azúcar
1 cucharadita de maicena
Almendra crocanti, miel, chocolate...(Opcional)
Preparación:
En un bol, batimos las yemas junto con el azúcar hasta que este se haya disuelto por completo. Reservamos.
De la leche, reservamos un poquito en un vaso, y el resto lo calentamos en un cazo junto con la nata (crema de leche). Removemos hasta que se caliente, pero sin que llegue a hervir.
Vertemos la mezcla de leche caliente sobre las yemas, mientras continuamos removiendo con las varillas.
Volvemos a llevar la mezcla al cazo y a fuego lento y removiendo constantemente, dejaremos que se vaya calentando.
El poquito de leche que teníamos, lo calentamos un poco al microondas, y disolvemos en el la cucharadita de maicena hasta que no queden grumos.
Cuando las natillas comiencen a humear, vertemos la leche con la maicena y removemos hasta que veamos que las natillas comienzan a tener cuerpo.
Echamos los pistachos y con la batidora, los trituraremos. Volvemos a llevar al fuego cuando tengamos todo bien batido y removiendo lo tendremos unos minutos, pero sin que llegue a hervir.
Colamos para quitar restos de los pistachos y dejamos enfriar en la nevera un par de horas mínimo.
Podemos decorarlas con chocolate fundido, almendra crocanti...Ya tenemos nuestras natillas de pistacho listas para degustarlas y dar nuestro veredicto. ¿Nuestra opinión? Unas natillas que merecen mucho la pena, ya que su sabor lo vale.
Un saludo a tod@s y buen provecho!