Soy muy fiel a la cocina tradicional, siempre preferiré un plato de fabada en un restaurante pequeño perdido en algún lugar que una espuma de judía blanca con suspiro de chorizo en un restaurante elegante.
No soy muy amante de la cocina moderna, aunque a mi modo de ver es de aplaudir el trabajo de muchos cocineros y su afán por ver la cocina desde otro punto de vista y hacer viajar nuestra gastronomía a todos los puntos del globo terrestre, incluso teniendo entre nosotros los mejores cocineros del mundo.
Cuando las chicas de Cooking the Chef enviaron en reto de este mes arrugué la nariz al no entrar Ferran Adriá dentro de mi prototipo de cocinero fácil, y sobretodo asequible para hacer en casa algo sin polvos mágicos, sifones o mil y una historias.
Pero este mes cumplen 2 añitos con el reto y no podía faltar, entonces me acordé de un libro que me regalaron hace ya años, La comida de la familia. Son las recetas de los platos y los menús que comía la familia de cocineros del Bulli cuando trabajaban.
Cual fue mi sorpresa que encontré varias recetas deliciosas y entre ellas estas natillas, un postre tradicional con ese toque de originalidad en sabor y color que le dan los pistachos. No son como las natillas a las que estamos acostumbrados, e ahí la gracia.
Eso sí, receta calcada del libro porque si el Sr. Adriá dice que son 35gr de pistachos será por algo, y vaya a ser que la líe si varío los ingredientes.
Muy ricas de verdad, podéis batirlas más o menos dependiendo de la textura que queráis. Yo opté por poder masticar trocitos de pistachos.
INGREDIENTES
150 ml nata (crema de leche) para montar
6 yemas (120gr)
600 ml leche entera
105 gr pistachos sin sal
135 gr azúcar
ELABORACION
Picamos los pistachos pequeños para que luego nos sea más fácil triturar. Reservamos.
Calentamos la leche y la nata (crema de leche) en un cazo a fuego medio sin que llegue a hervir.
Mientras batimos las yemas con el azúcar hasta que nos resulte una mezcla blanquecina.
Vertemos la leche+nata (crema de leche) calientes fuera del fuego y sin dejar de remover, volvemos a poner la mezcla en el fuego suave.
En este punto si tenemos termómetro de cocina la temperatura a alcanzar son 85º, sino tenemos lo haremos al modo tradicional y esperaremos a que cojan cuerpo y que cuando metamos una cuchara podamos hacer un dibujo claro con un dedo. De cualquiera de las dos maneras iremos removiendo con ojo que no se nos peguen al fondo del cazo.
Ya fuera del fuego mezclamos con los pistachos y trituramos con la batidora hasta conseguir la textura deseada.
Disponemos en los cuencos o vasitos, dejamos enfriar a temperatura ambiente y llevamos a la nevera un mínimo de 6 horas.
Serviremos bien fría con unos pistachos para decorar.