Estoy de los SPAM hasta las narices,
y señalo esta parte anatómica por encontrarnos en horario infantil, pero vamos, que hasta los "balls" totalmente de recibir día si y día también un montón de estos correos estúpidos, incoherentes, mal traducidos y que no sirven para nada bueno, más que para hacerte perder el tiempo en borrarlos.
Y eso si no te meten algún troyano. Así que crucemos los dedos para estar bien protegidos y nos libremos de sus infecciones como de la viruela.
Y aunque en España están prohibidos, claro, hecha la ley, hecha la trampa, porque se tiene que dar la circunstancia de que la empresa sea de origen español. Y yo no se vosotros, pero los míos están todos escritos en un inglés espantoso y un castellano más terrible todavía.
Ala, ya me he desahogado, ahora vamos a lo que vamos, a la receta del día.
Lunes panero el de hoy. Y es que con la de veces que amaso en casa, todavía no había traído éste para enseñároslo. La razón, pues que no siempre tengo ganas de coger la cámara cuando entro en la cocina, y después mientras comemos algo que está realmente delicioso, me da coraje de esa vena de desidia que me invade a veces.
Hoy para poner un poco de remedio, traigo un fantástico pan marroquí, el que se hace para comer a diario por aquellas tierras. Me lo enseñó mi hijo, bueno, él se dedicó a comprar uno en la tienda árabe cerca de donde estudia, y traérmelo, dármelo a probar y decirme resueltamente: " ¿ está rico, a que si? " pues esto lo sabes hacer tú seguro.
Y ahí me tienes, haciendo un análisis en profundidad: que si la corteza, la miga, el polvillo que tenía por fuera que resultó ser sémola, las marcas personales hechas con el tenedor. . . . vamos ni el C.S.I sacando huellas.
Desde entonces ya llevo muchos, y como tengo más o menos dominada la técnica, y la receta, os la enseño.
Los panes planos, muy populares en algunas culturas, se consideran de los más antiguos. Particularmente creo que el pan marroquí es una buena representación de esta suposición, pues la sémola no es más que harina poco molida procedente de cereales. Y ya sabemos que antes, la molienda de los cereales era mucho más tosca que en la actualidad.
En este caso es de trigo, pero también hay sémola de avena, centeno y cebada {que tengo que probar en breve}. La de arroz, como ya sabréis, está totalmente libre de gluten.
Este PAN se lo quiero dedicar a mi amiga MILIA, una galleguiña maravillosa, muy humana, tierna, comprometida y solidaria. Estuvo el año pasado haciendo un viaje por Marruecos y después nos lo contó en su blog con tal entusiasmo y detalle, que empecé a llamarla cariñosamente Reina Mora cada vez que le dejaba un comentario. Vino enamorada de todo lo que vio y comió. Y este pan la dejó fascinada, y metió las manos en la masa hasta conseguirlo.
Ella es Mi Reina Mora y yo soy Su Reina Guanche . . . . y así seguimos, espero que por mucho tiempo.
Como con todas las masas, la cantidad de agua puede variar, depende del comportamiento de la harina y la absorción que haga de esta. Pero es una masa, bastante hidratada.
Comprenderéis con la explicación del paso a paso o viendo el vídeo que dejo al final de la entrada, que hacer fotos de la elaboración , hoy era imposible estando sola y con las manos bien embadurnadas.
Y ahora, vamos al lío.
En un cuenco grande o sobre la encimera si tenemos experiencia amasando, vamos a mezclar la harina y la sémola.
La levadura la disolvemos en un poco de agua templada, dejamos reposar unos cinco minutos.
Hacemos un hueco en el centro de la harina y ponemos la levadura disuelta. Empezamos a mezclar.
Vamos añadiendo el agua templada poco a poco, mezclamos y volvemos añadir agua, así hasta que consigamos una masa manejable. Esta es la parte más trabajosa.
Una vez la masa está formada, añadimos un poco de agua en el fondo del cuenco y empezamos a amasar de nuevo, pero esta vez solo con los nudillos. Extendemos la masa y replegamos sobre si misma, sólo con los nudillos, hasta que el agua se haya absorbido totalmente.
En este punto la masa es blanda, pero podemos manejarla.
Añadimos la sal disuelta en una poca agua y de nuevo amasamos con los nudillos hasta que se absorba del todo.
Esparcimos sémola en la superficie del cuenco o en la encimera, donde nos resulte más cómodo seguir amasando.
Nos mojamos las manos y dividimos la masa en dos partes. Sigue siendo una masa pegajosa, pero no añadir más harina, después obtendremos unos panes blandos y jugosos.
Iremos cubriendo cada parte con sémola, formando una bola.
Dejaremos las bolas de masa, sobre la bandeja del horno, a la que habremos esparcido una poca de sémola.
Ponemos una poca más por encima de cada bola y vamos aplanando con las manos
Las dejaremos lo más redondas que podamos, las cubrimos con un paño y reposarán una media hora. Tienen que doblar volumen, así que depende mucho de la temperatura, en invierno tardará más.
Precalentamos el horno a 250º
Una vez levada la masa, le haremos la marca que más nos guste con un tenedor.
Cocemos el pan entre diez y quince minutos, posición media, calor arriba y abajo.
Al ser alta la temperatura, la corteza resulta muy finita y suave; y el interior totalmente jugoso y muy, muy tierno.
**En la PANIFICADORA también queda una masa estupenda. Elegiremos el programa para hacer masa sin levado, que dura quince minutos. Pero no añadiremos todos los ingredientes a la vez, sino poco a poco, y en el mismo orden que fui explicando más arriba.
Ya después, procederemos a dividir la masa y a seguir los mismos pasos que si lo hubiéramos hecho a mano.
Os recomiendo que si tenéis oportunidad, la sémola la compréis en algún comercio árabe en vez de hacerlo en el super. La calidad es superior y el precio no tiene comparación. Notaréis a primera vista, que tiene un intenso color amarillo, propio del grano del cereal, la más procesada es casi blanca.
*Tras pedirle permiso a Nora, la autora del vídeo, os lo dejo para que veáis claramente el proceso de amasado. Os recomiendo también, una visita a su blog QUE COCINAS HOY. Nora es una chica que tiene entre otras muchas, unas deliciosas recetas de su país, Marruecos. Y tras cruzarnos algún que otro correo, os puedo asegurar que es toda amabilidad.
No me cansaré de decir, que en este mundillo, te encuentras a gente encantadora por todas partes.
Y eso es todo amigos, hasta la semana que viene.